25 de diciembre de 2015

Algunas experiencias con Papá Noel

Tenía ganas de escribir sobre las muchas veces que he visto a Papá Noel, aunque generalmente su llegada no era una de mis favoritas en el año. En casa somos más de los Reyes Magos pero igualmente cualquier regalo era bien recibido.

No sé cuántos años tenía cuando empecé a ser consciente de lo que significaban los Reyes Magos, ni mucho menos Papá Noel, pero hubo un año que Papá Noel llevó a casa por primera vez.

Alguien llamó a la puerta de casa y me dijo mi padre que fuera a abrir. Cuando lo hice, me encontré un perro de peluche (precioso). Al poco tiempo volvieron a llamar y pensé que era él, pero no fue así. Era mi hermano con su mejor amigo. Yo creo que ellos le vieron pero no me lo quisieron decir. Era imposible que no le hubiesen visto bajar las escaleras viviendo en un 3º sin ascensor y sin chimenea.

Mi gozo en un pozo, no pude conocer a Papá Noel, al menos eso creía. A los Reyes Magos aunque no les conocí en persona pese a  todas las veces que han estado en mi casa, pero les he escuchado y he visto sus sombras por debajo de la puerta de mi habitación. Nunca me he atrevido a levantarme de la cama por miedo a que se llevaran mis regalos. Es un truco que me dijo mi hermano.

Por suerte para mi, he visto a Papá Noel muchas veces en casa de mis tías y mi abuelo siempre le estaba en el baño cuando venía. Todos los años le pasaba lo mismo. No le faltaba detalle al grandullón: pelo blanco, barba blanca (algo escasa), tripa abultada (en ocasiones demasiado porque no podía abrocharse el cinturón y se hacía una lazada), zapatillas de estar por casa (el pobre estaba cansado de recorrerse el mundo en tan poco tiempo) y las gafas. 

Me encantan estas fiestas porque es el único periodo del año, no por cuestiones religiosas, sino porque cuando era niña me encantaba jugar con mi hermano a pedirnos los regalos cuando veíamos la televisión diciendo "me lo pido". Me cabreaba mucho con él porque se pedía los regalos que yo quería, siempre era más rápido que yo en decir "me lo pido". Había otras veces que no me importaba que se adelantara porque no quería eso. El hecho de ir a buscar a mi hermano para abrir los regalos era emocionante.

Hay cosas que no deberían cambiar nunca, al menos no se deberían olvidar.












23 de diciembre de 2015

¡¡¡TRAMPOSA!!!!

¡ERES UNA TRAMPOSA!

Hola a ti también.

No te hagas la tonta que sabes de que te estoy hablando.

Pues no, no lo sé. Pero seguro que me lo dices ahora.

Si te digo "Secreto del corazón", ¿qué me respondes?

Eso no es una pregunta...

No me cambies de tema, sabes perfectamente a lo que me refiero.

No te lo tomes a mal pero creo que estás un poco nervioso.

¡YO NO ESTOY NERVIOSO, TRAMPOSA!

Y vuelta otra vez...

¡Qué bien se te da mentir!

Bueno, ¿me lo vas a decir o no?

Recuerda, ¿qué pasó con esa película?

La vimos en PDD, escribí un post sobre ella y luego escribí otro para aclarar el anterior.

Pero dí todo, anda... VALIENTE.

¿A dónde quieres llegar?

Cuando escribiste el primer post, ¿qué información tenías?

Vi una vez la película, pocas para lo que estaba acostumbrada para analizar una película, y busqué información por internet. En una de las páginas especificaba el  secreto de la película, algo que desde un principio no tenía ni pies ni cabeza pero que cuando me dispuse a escribir el post parecía que tenía sentido.

¡¡TRAMPOSA!!

¿Es por eso por lo que me llamas tramposa?

¡¡TRAMPOSA!!

Ya nos hemos enterado de que soy una tramposa, aunque para mí no lo sea.

Entonces, ¿qué es?

Informarme de la película.

Ah... bueno, entonces no pasa nada. Cuando pilles a algún alumno tuyo copiando un examen y te diga que se está informando del examen, no te sorprenderá.

No es lo mismo.

¿Cuál es la diferencia?

"Secretos del corazón" no era un examen.

Venga ya... Tienes un morro que te lo pisas.

Es verdad, de hecho busqué mucho sobre la película pero solo había sinopsis. Aunque haya hecho trampas, según tú, la actividad no consistía en encontrar el secreto, sino en explicitar y seguir el mismo proceso que había seguido el protagonista para descubrirlo. 

Lo que fue muy gracioso el día que realizamos mapas conceptuales sobre dicho proceso porque cuando salía el profesor de clase los compañeros me venían a preguntar cuál era el secreto y cómo lo había descubierto. 

¡Eres una tramposa de campeonato!

Es una de las anécdotas más graciosas de la carrera porque muchos estaban pendientes de que el profesor saliese de clase para que pudiésemos hablar.

¡Te parecerá bonito!

Bonito no, pero gracioso un rato. 




21 de diciembre de 2015

Empezar




El miércoles de la semana pasada fue un gran día, al menos fue un día muy importante. Estaba nerviosa porque siempre que empiezo a dar clases es una sensación de motivación y miedo muy extraña pero a la vez muy agradable. 

Lo que mas me gusta de la docencia es que no puedes dar nada por sentado ni puedes ir con unas ideas fijas de lo que vas a hacer. No me refiero a que no me prepare las clases sino que es muy complicado saber los problemas que vas a tener en la clase sin estar en ella. 

Por mi experiencia, la mayoría de los problemas no son conceptuales sino organizativos. Por ejemplo, el miércoles di clases a un niño de 5º que tenía problemas para resolver los problemas de fracciones de matemáticas. 

Dar clases particulares tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Por una parte, puedo hacer ejercicios que son más fáciles para ellos o explicarlos de manera diferente a como lo hacen sus profesores "reales", lo que me permite una "libertad falsa" en cuanto a mi manera de enseñar. Por otra parte, mi metodología está supeditada a la de los profesores porque considero que conmigo están un rato y los profesores "reales"son quienes les evalúan en realidad.

Sí que es cierto que soy libre de enseñar como me gustaría que me enseñaran a mí, pero es cierto que me quita tiempo "libre", o puede considerarse así. Para mí no lo es por el simple hecho de que al organizarme la manera en la que voy a enseñar aprendo cómo debo hacerlo y cómo no debo hacerlo, o al menos intento que así sea. 

Enseñar es una de las experiencias más bonitas y más complicadas al mismo tiempo. Me fascina vivenciar el aprendizaje y notar los pequeños procesos que tienen lugar en él, pero es súmamente complicado notar los detalles. 

De los 16 ejercicios del examen que suspendió el niño, uno 8 eran ejercicios y el resto problemas. Los ejercicios los tenía bien, pero los problemas no. Yo no sabía si era porque no entendía los enunciados o porque no sabía lo que tenía que hacer en el problema. 

El niño había aprendido, por repetición intuyo, que la secuencia para resolver el problema era la misma pero no entendía por qué. De manera que independientemente de lo que dijera el enunciado, restaba las fracciones y lo multiplicaba por el otro número. Al menos en el examen era lo que hacía. 

Cuando estaba en Primaria, me enseñaron a realizar los problemas de una manera sencilla, que por otra parte no me han enseñado en la carrera, pero bueno. El caso es que le enseñé como me habían enseñado a mí. Además, hacíamos los problemas a la vez, al principio más guiado por mí: qué datos tenemos, qué operaciones hay que hacer y qué solución nos da el problema; y después de manera mucho más autónoma, algo que siempre hago. 

Cuando termino las clases, siempre les digo que lo hagan solos y si tienen problemas que lo pregunten el próximo día pero que no miren las soluciones bajo ningún concepto. Algunos me hacen casos y otros no. Creo que es esencial ese paso porque uno de los feedbacks que he recibido es que conmigo les sale pero cuando no estoy no. Pero precisamente es porque solo lo hacen cuando estoy yo y ni siquiera lo hacen solos. Los niños son más obedientes en este aspecto y es algo que se nota en las sesiones siguientes. 

Mi prioridad a la hora de dar clases es triple: formarme y ser capaz de notar los matices en cuanto al proceso de aprendizaje (para lo que necesito una formación de contenidos y  una formación pedagógica), transmitir y adaptarme a los que enseño (y que a su vez ellos se adapten a mi manera de enseñar y cambiarla en función de las demandas suyas) y dotarles de autonomía (ellos mismos sean conscientes de lo que saben y de lo que no saben).

 

17 de diciembre de 2015

El día siguiente al último día

Sé lo que ha pasado...



Estaba buscando el primer post que escribí en el blog pero me acabo de dar cuenta que lo borré, para bien o para mal. No me interesaba el contenido del post (no recuerdo exactamente cuál fue) pero sí quería saber la fecha. Supongo que sería a mediados o finales de Septiembre del 2012. 

Me interesa la fecha porque fue aproximadamente cuando comencé las clases en la universidad y ayer fue la última clase que tuve, al menos espero que así sea.

No recuerdo que día fue pero sí sé las primeras clases que tuve: Procesos del aprendizaje, Comunicación audiovisual y Psicología del Desarrollo; y el último día fue Aprendizaje cooperativo. Todas ellas son un ejemplo de muchas cosas: de mi estado de ánimo, de mi implicación, de mi manera de concebir la docencia, de mi manera de relacionarme o no con los demás y de cómo todo eso me ha hecho cambiar hasta ser lo que soy ahora.

Parece que fue ayer cuando empecé la universidad y realmente fue ayer cuando terminó, al menos la parte académica presencial.  He tenido asignaturas muy variadas: unas no me las esperaba, otras no quería que llegaran, unas me han ilusionado unas incluso me han desmotivado, unas me han hecho disfrutar y ser mucho más consciente en los aspectos que tenía que mejorar...

Sé que lo he contado muchas veces, pero como es el último que voy a escribir sobre las clases, al menos explícitamente,me voy a permitir el lujo de repetir que no quería hacer magisterio porque no veía sentido a la profesión, es más discriminaba a los profesores por tener esa profesión. Pero como siempre me dice mi padre "no puedes criticar algo sin conocerlo", y qué razón tiene.

Mi primera y única opción era estudiar química porque además de gustarme se me daba bien (aunque creo que lo segundo es una consecuencia de lo primero) y, aunque la nota que pedían de selectividad era menor a la de magisterio, cuando seleccioné las preferencias de las carreras, solo puse magisterio de educación primaria. El motivo fue porque un compañero de clase y varios conocidos me dijeron que por mi manera de ser encajaba en un perfil de profesora. 

En realidad no sabía por qué encajaba en un perfil de profesora, profesión que había repudiado durante mi periodo de instituto porque consideraba que los profesores solo priorizaban le resultado de un examen y no veían el aprendizaje como un proceso dinámico y activo. Eso si, no lo expresaba así, me limitaba a decir que me tenían "manía". 

El caso es que comencé la carrera y para mi sorpresa el primer cuatrimestre no estuvo mal y me hizo tener una visión muy distinta a la que tenía sobre la docencia. En cambio, en este tiempo he vuelto a tener profesores como los del instituto pero mi manera de gestionarme y relacionarme con ellos ha cambiado. 

En el instituto si un profesor pasaba de mí, yo pasaba más de él. Por ejemplo, en 2º de la ESO el profesor de música me suspendió porque no sabía tocar la flauta (de hecho cuando me presenté en septiembre tuve menos nota que en junio) y en 3º lo aprobé pero cuando había tocar la flauta no iba a clase directamente. Me salió bien porque como aprobé en 3º me aprobaron la de 2º.

Pero cuando me he encontrado a ese tipo de profesores en la universidad la manera de hacer frente a esa situación ha sido muy diferente, aunque en algunas situaciones no. El año pasado estuve 9 semanas de 17 sin ir a la clase teórica de Literatura porque la propia PROFESORA dijo que las profesoras de universidad que quieren triunfar no tienen familia, es decir, que una mujer con hijos no podía ser catedrática. Eso si, según ella es porque lo dicen las estadísticas. No voy a hacer ningún comentario al respecto porque creo que ni lo merece, pero espero demostrarla de aquí a unos años que está muy equivocada. 

Este año, estoy en una situación parecida y creo que la solución no es dejar de ir a las clases porque en realidad la única que pierde soy yo, sino que tengo que hacer lo que ellos esperan que haga, independientemente de que este de acuerdo con ese planteamiento o no.

Hasta ayer tenía muy claro lo que hacer después de la carrera precisamente porque gracias a las experiencias positivas y negativas que he vivido con los 39 profesores que he tenido hasta la fecha, me han permitido formarme y tener una identidad como profesora. Tanto los buenos como los malos han construido la identidad y la manera en la que concibo la docencia y los motivos por los que es así. 

A nivel profesional me queda mucho por aprender y solo se aprende a enseñar enseñando  y se enseña a aprender aprendiendo. Creo que es la única manera de entender la docencia, o al menos es aquella que te permite ver tu profesión como un reto y una motivación esencial para poder trabajar bien. 

El examen más extraño que he hecho en toda mi vida fue el de PDD. Todos estábamos nerviosos y preocupados por el examen y lo cierto es que en realidad no fue tanto como nos imaginábamos, al menos a mí no me lo pareció. No tardé demasiado en hacer el examen (en gran medida porque mi madre se enfadó conmigo y estuvo 2 días sin hablarme) pero cuando lo terminé estuve unos cuantos días viéndolo y repasándolo porque no me terminaba de convencer. Hasta que un dí no podía aguantar más la presión de verlo y se lo mandé al profesor. No pasó ni un segundo y ya me había arrepentido de haberlo enviado. La tensión fue en aumento cuando pasaron los días y no tenía contestación por su parte. Fue un regalo de Reyes adelantado, y nunca mejor dicho porque me contestó el 5 de Enero por la tarde. De hecho cuando lo recibí pensé que tendría que volverlo a hacer porque estaba mal y antes de mirarlo discutí con mi madre porque era la culpable de que me hubiera salido mal el examen. Había muchos comentarios y lo interpreté como algo negativo.

Precisamente ese examen, me hizo darme cuenta del dinamismo del aprendizaje, no solo por su contenido sino por la manera en la que se planteaba el examen. Empecé a ser consciente de lo complejo que era ser profesora y de lo mucho que tenía que cambiar yo como estudiante para poder ser el tipo de profesora que hoy ahora. Tenía miedo en convertirme en aquello que durante el instituto había repudiado pero precisamente por contar con esa experiencia y la perspectiva de un estudiante sabía cómo no tenía que ser como profesora. 

Es muy curioso porque en el instituto no podía soportar que no se tuviera en cuenta el proceso de aprendizaje y que fuera el propio profesor pusiera la nota, pero cuando en el examen tuve que ponerme nota no fui capaz de ponérmela. El comentario literal del profesor fue "Eh... no te escaquees".

Recuerdo que una de las partes del examen era leer un texto y contestar a unas preguntas. La primera vez que leí el texto no me estaba enterando de nada, pero nada de nada. Y volví a empezar.... No sé la de veces que leí el texto pero sí recuerdo que me costó comprenderlo. Esa experiencia resume lo que ha significado la carrera para mí. 

Este blog acaba con este post, al menos a nivel académico. Ahora queda lo mejor para mí, disfrutar de la beca de investigación, empezar con el TFG y, lo más importante, las prácticas, donde realmente aprendo. 

¡QUE TE CREES TÚ ESO!

... pero no sé lo que va a pasar.




16 de diciembre de 2015

Influencias

¡¡¡¡POR FIN!!!!

Estarás contenta.

Más relajada sí, pero todavía no acabé el cuatrimestre.

Joder, nunca estás contenta con lo que tienes.

Cuando termine los diarios y los mande, estaré más contenta.

¿Qué tal la última clase?

Genial, pensé que me iba a costar más pero en realidad llevo deseando que llegue hoy mucho tiempo. De hecho Iván y yo hicimos la cuenta atrás desde octubre contando los días que quedaban de clase. Al principio parecían muchos días y muchas semanas pero el tiempo pasó rápido, al menos de  manera general.

¿Qué es lo que más te ha gustado de hoy? 

Cuando hemos salido de clase.

Pero eso no forma parte de la clase.

Desde el principio de la clase, sabíamos que era la última y la vivimos como tal. El lunes, la penúltima, recuerdo que mientras varias personas lloraban por la situaciones de no volverse a ver. Iván y yo discutíamos y nos reíamos porque no parábamos de quejarnos el uno del otro. Era mucho más gracioso porque mientras unos lloraban por lo mucho que se iban a echar de menos otros nos reíamos de lo poco que íbamos a echar de menos las rarezas y manías del otro.

Este cuatrimestre ha sido muy especial, no solo por acabar la carrera sino por lo que significa para mi eso. Parece que fue ayer cuando empecé la universidad y en unos meses ya habré terminado. Obviamente a nivel profesional ha significado mucho para mí, pero sin lugar a dudas el cambio que he sufrido a nivel personal ha sido brutal, al menos salgo muy diferente a como entré.

¿Y eso es positivo o negativo?

Positivo, muy positivo. Uno de los objetivos por los que quise hacer magisterio fue para quitarme la timidez e inseguridad para hablar en público y creo que es algo que, pese a ser un tema pendiente para trabajar, he conseguido. Es algo que en gran medida te debo a ti. 

¡Cómo se nota que estás relajada!

Es verdad, me has ayudado a quitarme la máscara que durante tanto tiempo he llevado puesta.

Creo que te equivocas, el sentido a este espacio se lo has ido aportando tú día a día, en cada post que has escrito, en cada post que has borrado... Todo eso te ha servido para concebir el blog de manera diferente. Como bien mencionas, has cambiado en estos años y los post que se encuentran aquí son un claro ejemplo de la transición que has sufrido estos meses.

¡¿Qué te ha picado?!

9 de diciembre de 2015

PD

Bueno, no tienes nada que decirme.

Estás muy misterioso últimamente, ¿sabes algo que yo no sepa?

Puede...

¿Qué sabes?

Algo que tú no sabes.

Y eso es...

Ah... Se siente.

¿Y por qué no lo puedo saber?

Porque no.

¿Puedo insistir?

Por poder...

Aaaanda....

Un poco más...

¿Quieres que te pelotee?

Puede.

Dime que sabes que yo no sé, ya es raro que lo sepas tú y que no sepa yo, pero bueno.

Eso no ayuda. 

Seguro que no sabes lo que dices saber y quieres hacerte el interesante. 

O puede que no soportes que yo sepa algo que tú no sabes y pienses que no sé lo que realmente sé. 

También puede que tú digas que sabes algo que yo no sé  y piense que no sabes lo que realmente no sabes.

NO VALE REPETIR.

¡¡¡¡DÍMELO!!!!

Insiste un poco más.

Si quieres decírmelo, dímelo y sino, no me lo digas. 

¿En serio que no quieres saberlo?

¿Me lo vas a decir?

Puede.

Haz lo que quieras, al final vas  a hacer lo quieras independientemente de lo que yo te diga. Si te digo que sí, no me lo vas a decir y si te digo que no, me lo vas a decir.

Entonces, ¿sí o no?

Sorpréndeme.

Ya sé quién es ese que escribe en azul.

Tanto para eso... Sé que eres tú. No hace falta ser muy inteligente para saber quién es.

Pues no, te has columpiao.

Claro que eres tú, ¿quién sino?

Pues ya te digo que yo no soy.

¿Quién es entonces?

Otro.

¿Otro qué?

Otro como yo.

Pues ya está, eres tú.

¡¡Y dale!! QUE NO SOY YO.

¿Y quién eres?

Ahora mismo un besugo porque esta conversación...

Bueno, y ¿por qué lo sabes tú y no yo?

Porque tú no estás aquí todos los días y porque de momento no quiere hablar contigo. Por eso crees que soy yo escribiendo, pero no soy yo.

¡Qué cosas! ¿Y qué te ha dicho?

Que no sabe si hablar contigo o no, que te está conociendo de momento y que se llama PD.

¿PD?

Sí.

¿Y no le has preguntado porqué se llama así?

No.

¿Y qué más te ha dicho?

Nada.

Ah...

Le das miedo.

¿Yo? Pero si no he hablado con él. 

Lo que sí sabe es como te comportas conmigo.

Pero contigo ya tengo confianza y la mayoría de las veces me enfadas tú.

¡¡QUÉ MENTIROSA!!



2 de diciembre de 2015

"Dale la buena noticia"

Últimamente no tengo tiempo de usar el ordenador  para lo que quiero,  siempre lo uso para hacer mis "queridos"  diarios,  en realidad no sé  por qué hablo en plural porque siempre priorizo uno sobre los otros 2, y no dedico tiempo a lo que realmente quiero escribir.

Aunque es cierto que no escribo sobre cuestiones relacionadas directamente con la universidad,  sí  que escribo sobre lo que considero relevante.

Hay muchos tipos de momentos (dulces,  amargos,  rancios,  cariñosos,  relajantes,  divertidos,  etc...)  y no siempre se está  a gusto con el estado de ánimo que se tiene o con los que pasa alrededor,  pero en muchas ocasiones no depende de nosotros el estado de ánimo que tengamos sino que se ve influenciados por otros motivos.

Lo bueno de estar en un estado de ánimo "malo", o no deseado,  es que disfrutas mucho más  de las actividades que se salen de lo normal,  que tienen cierto carácter disruptivo con respecto a las expectativas que tienes y que se consideran feedbacks negativos.

En estas semanas no hay mayor feedback negativo que entrar a la habitación de mi niña y que le diga su madre "dale la buena noticia".

Ayer,  rebuscando por los papeles que he ido acumulando estos años en la carrera,  encontré  unos cuestionarios que me pasó  la profesora del colegio en el que estuve  de prácticas este año.  Sin duda una de las mejores experiencias que tuve este año.  Y no me acordaba que le había  dicho a "Jalal"  que me escribiera su nombre en árabe.

Creo que no hablé  de él en post anteriores pero lo cierto es que ayer me alegró  el día.  Aunque las primeras sesiones no le daba yo las clases,  sino que me limitaba a ver cómo lo hacía  la profesora y ayudarla cuando me lo pedía, las últimas sesiones era yo quien estaba con él y las disfrutaba mucho.

Me encantaba su afán  por hablar pero a la vez era aparentemente imposible porque el idioma no era el mismo y las clases eran para que aprendiera castellano.  Cuando era yo la profesora,  hacía  más hincapié  en la comunicación  oral que en la escrita,  por lo que la interacción  era totalmente diferente.

El caso es que un día  le dije que escribiera su nombre primero en castellano y luego en árabe.  Le gustó  tanto que escribió  otra palabra, no sé  si mi nombre o algún  otro.

Hasta ayer no me acordaba dónde  estaba ese papel,  de hecho pensaba que se lo había  quedado él o lo había  perdido. Pero descubrí  que estaba detrás del cuestionario que me dejó  la profesora.

Hay detalles que hacen que un estado de ánimo cambie.  Además,  un estado de ánimo  es complejo emocionalmente porque las emociones son muy complejas y dinámicas,  por lo que puede  ser relativamente fácil,  o no,  cambiar anímicamente.

27 de noviembre de 2015

Actividades inesperadas

No tienes remedio.

Ni quiero tenerlo.


No sé hace cuanto tiempo me encontré a un profesor que tuve en primero y me comentó que había introducido una pequeña actividad al finalizar las clases. Una especie de cuestionario para ver desde otra perspectiva las clases, teniendo en cuenta a los alumnos. Me pareció buena idea pero creía que no podía aplicarlo a mis clases particulares con mi niña.

Hasta que la semana pasada, mientras estaba haciendo un ejercicio se me ocurrió que podía introducirlo, no al final de cada sesión, sino al final de cada semana en forma de encuesta en la que mi niña pusiese hacer una evaluación de la semana, no solo de las sesiones que estaba con ella, sino en un ámbito más global. Lo hice sobre todo porque la mayor parte del tiempo que estoy con ella hacemos juegos y demás algo que sin duda nos gusta a las dos, pero sabía que había cosas que no me contaba y que ocurrían fuera del contexto de las clases particulares y que en cierta manera le influían o le podían influir.

El viernes pasado le mandé la primera encuesta y, sinceramente, creo que es una buena manera tanto para que yo tenga más información sobre ella, como para que ella evalúe como ha ido la semana y los puntos fuertes y los débiles que tiene. 

Por lo tanto, esta semana fue diferente, al menos para mí lo fue, porque tenía indicios sobre las respuestas que me daría pero cuando ya las tuve realmente, me di cuenta de cómo hacer mejor las cosas. 

El martes, sesión de una hora, estuvimos 40 minutos haciendo un ejercicio de inglés. Personalmente no entiendo el planteamiento ni el objetivo de ese ejercicio: tenía que copiar un texto, rellenar los espacios en blanco y traducirlo en le cuaderno. La cantidad de tiempo que perdimos fue increíble, para mí desmesurada. Como en esas actividades no me meto (no tienen sentido para aprender un idioma), la parte de traducirlo sí que fue mucho más dinámica, sobre todo porque una pregunta de la encuesta era qué actividades quería que hiciésemos y la respuesta fue usar el ordenador más veces. 

Hay un aspecto que siempre tengo muy presente cuando me preparo los materiales y los recursos que es dotar de autonomía a los alumnos. Es decir, no solo se transmiten contenidos conceptuales, sino que es necesario, al menos para mi, que los alumnos o los que aprenden cada vez sean más independientes. Por eso, casi nunca digo la respuesta y les hago pensar en el proceso y no en el final. Dar una receta o una fórmula es fácil, pero si no la entiendes se te termina olvidando. 

Por eso, le enseñé recursos online para que cuando no esté yo sepa dónde buscar información. También es algo que hemos trabajado, el saber dónde buscar información y recursos que puede utilizar en su día a día. Pero hay un problema con los recursos online y es que te impiden pensar autónomamente. Quiero que los utilice cuando los necesita y no que introduzca todo el texto en inglés, porque lo único que consigue con eso es limitarse. 

Si me quejaba de la actividad del martes, no sé como catalogar la sesión del miércoles. Es cierto que teníamos más tiempo, pero la actividad tenía tela: un mapa mundi físico con los ríos, lagos, mares, golfos, estrechos, cabos, montes, cordilleras, mesetas e islas más importantes de los 5 continentes. Sin contar con la primera hora (de inglés), estuvimos dos horas y media para hacer el mapa. Quedó precioso y hasta lo firmamos, pero nos costó hacerlo...  lo que no está escrito. Me guardo mi opinión sobre esta actividad. 

El año pasado, solo vimos en profundidad el mapa físico y político de Europa, y este año todo el mundo a la vez. Algo falla. 

Aun así, estas sesiones han sido lo mejor de la semana, por lo que tampoco me puedo quejar mucho. algo es algo. 



¿Ya has terminado?

Si...

¡¡¡PUES PONTE CON LOS DIARIOS!!!



26 de noviembre de 2015

No sé si os habéis dado cuenta pero hay veces que cuando hablo con esta aparece uno que no soy ni yo ni ella. No sé si esta es tonta o se o hace porque o se piensa que soy yo quien lo escribe o directamente ni lo escucha. ¿Quién es? Se parece a mi porque escribe de la misma manera pero no soy yo. Me pone nervioso porque no sé ni quién es ni qué quiere, no contesta a las preguntas y no suele hablar mucho. He llegado a pensar que es esta y que lo hace solo por joderme porque siempre la da la razón, no se mete con ella, no le da la emoción que le doy yo a nuestras conversaciones "introspectivas", una palabra que se ha inventado esta como muchas otras.

Pero vamos que últimamente ni hablamos porque está tan ocupada, no sé con qué porque luego no hace nada de lo que tiene que hacer y luego salta el otro o la otra "No es lo mismo hacer un diario de aprendizaje de una asignatura que no te gusta que hacer un diario de aprendizaje de una asignatura que te gusta". Vamos a ver, te guste o no la asignatura, con el diario te van a evaluar y si no la haces no te evalúan. Da igual si te gusta o no, eso es irrelevante.

A ver si habla más veces ese o esa, pero intuyo que es esta quien lo escribe.

18 de noviembre de 2015

"¡Me he "columpiao"!"

¡¡¡Por fin es miércoles!!!

Nunca me he alegrado tanto de que sea miércoles y solo porque hoy tenga clases con mi niña, sino porque terminé el diario de aprendizaje de una asignatura. Menos mal que es solo de una porque de los otros uno ni siquiera hice el documento y del otro llevo una sesión. Así que por definición, al menos la mía, deja de ser un diario de aprendizaje, pero bueno. Lo importante es que ya lo terminé, al menos estoy contenta conmigo misma por haberlo hecho.

Llevo un tiempo queriendo escribir sobre lo que pasó hace unas semanas en una clase con mi niña, pero entre las clases, las planificaciones de clases y las cosas que surgen sin avisar, el único tiempo que me dedico es cuando paseo con Lana, algo que hace que disfrute más tanto de su compañía como de no preocuparme más que de ella. 

He postergado mucho el ponerme con el diario porque en muchas ocasiones se me ocurrían "mejores" cosas que hacer en lugar de hacerlo, algo que totalmente fue en mi contra porque aun teniendo tiempo en hacerlo más o menos con tranquilidad,  pasé a realizar un DIARIO en 3 días. 

Fueron unos días intensos porque dedico mucho tiempo a prepararme para reflexionar en los diarios: primero leo las lecturas o la información que tengo sobre el tema, luego resumo esas ideas con mis palabras y después empiezo a vincular esos contenidos con lo que sé de otras asignaturas o de mi experiencia en los prácticum y en mi "yo" como profesora. 

En esos 3 días, dediqué un día "entero" a realizar las lecturas, otro día a resumir con mis palabras esas lecturas y el último, y parte del anterior, comencé a elaborar el diario propiamente dicha. 

Personalmente, siempre dejo un tiempo desde la clase hasta que comienzo a realizar el resumen porque creo que es bueno dejar un tiempo para "digerir" lo que se ha dado en la sesión y verlo con cierta perspectiva, de modo que luego es más fácil relacionarlo con experiencias y temas vinculantes cuando me dispongo a redactar el diario.

El dejar un tiempo entre la sesión y la elaboración del diario lo aprendí por mi experiencia con este blog porque surgió precisamente en un contexto del aula, y aunque al principio no se estableció como se tenía que realizar, yo lo tomé como un diario, 

Es muy diferente como concebía el diario antes a como lo concibo ahora. Los primeros posts están orientados al contenido y no a la reflexión. Precisamente esa es la principal diferencia entre un  resumen y un diario. 

Para mí, no tiene sentido un diario en el que se repita lo que se dice en clase, un diario no es repetir lo que se ha dicho en la sesión, sino que te ayuda a ir más allá de los contenidos específicos que se trabajan en la sesión, es decir, te permiten no solo reflexionar sobre los contenidos, sino relacionarlos con otros y que en cierto modo cambia tu manera de entender o comprender ese contenido.

El contenido en sí, no es lo importante en un diario si no te ayuda a "cambiar". Si entras en una clase y sales igual que has entrado, para mi es muy mala señal. Algo falla. 

Como se nota que llevo mucho sin escribir en el blog por placer. 

A lo que iba es que el otro día en una sesión con mi niña, le planteé un ejercicio de vocabulario de inglés. Le entregué una serie de tarjetas, la mitad en inglés y la mitad en castellano para que las pegara y le sirviera de repaso. 

Le hice varias veces ese ejercicio y si siempre hago lo mismo: divido una hoja tantas veces hasta conseguir el tamaño que deseo. Se supone que como lo hago sale un número par de tarjetas, si lo hago bien y no pierdo ninguna sale un número par. Siempre cuento dos veces las tarjetas que tengo porque supuestamente sale bien el número de tarjetas, pero bueno.

Suelo prepararme las clases cuando tengo tiempos libres y siempre deprisa y corriendo. Recuerdo que esa vez me salieron muchas tarjetas y lo conté como 3 veces y después de tener las tarjetas completas las volví a contar. Hasta ahí todo bien.

Cuando le di las tarjetas a la niña, pensando que estaban bien, le propuse que podía pegar todas tarjetas de inglés y después buscar el significado porque había tantas tarjetas que era muy complicado trabajar. Normalmente, la dejo hacer el ejercicio y las palabras que no entiende las deja para el final, de modo que sé cuales les cuesta más y las que tengo que hacer más hincapié.

Conforme iba pegando la segunda columna me di cuenta que faltaba una y, para meter el dedo en la llaga, una tarjeta estaba mal escrita. Pero me vino muy bien para saber si ella se daría cuenta de que estaba mal la tarjeta y que dijera la que faltaba. 

Y claro que se dio cuenta. De ahí mi contestación que por suerte le hizo gracia y no fue a más. Lo peor de todo es que no fue a propósito, no sabía si reírme o llorar. 

No me molestó equivocarme, de hecho cuando no sé algo cuando estoy dando clase lo buscamos juntas, algo que me permite incluir recursos de ayuda para cuando no esté yo. Por ejemplo, para aprender a pronunciar utilizo el micrófono del traductor de google. 

De hecho, creo que que en cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje todos los miembros aprenden, o al menos deberían. 

Espero columpiarme muchas veces para aprender a balancearme mejor.




13 de noviembre de 2015

Siempre te pasa lo mismo

Siempre te pasa lo mismo.

¿El qué?

¿Qué acabas de hacer?

Fregar el suelo.

¿Y dónde estás?

En mi habitación.

¿Y no es más fácil fregar por partes y así no te quedas sola?

Para mí es más fácil fregar todo a la vez. No entiendo por qué te molesta. 

Porque siempre te pasa lo mismo.

O te explicas mejor o...

Siempre dejas todo para última hora. 

Todo no, lo que no me gusta solo.

¿Has terminado el diario que tienes que presentar como mucho el miércoles?

Lo empecé esta mañana.

No ves.

Pero eso es porque no quiero hacerlo. 

Entonces no te gusta nada de lo que haces.

Mentira. La entrevista que hice el lunes la terminé de transcribir el miércoles.

Pero ¿cuándo tenías que entregarlo?

No tenía una fecha límite. 

¿Y por qué tanta prisa?

A ti no hay quien te entienda, si lo hago deprisa porque lo hago deprisa y lo hago despacio porque lo hago despacio.

Sí, sí. Cuando lo haces deprisa, tardas poco. Pero es que cuando lo haces despacio no es que lo hagas despacio es que directamente no lo haces. 

Empecé hoy. No voy mal de tiempo.

¿Cuándo te dijeron que tenías que hacerlo?

El miércoles de la semana pasada. 

Vamos, que has estado 10 días sin hacer nada.

Hice cosas: estuve preparándome las clases, dándolas, yendo a clase, haciendo trabajos, leyendo.

¿Qué leíste?

Libros.

¡En serio! No lo hubiera adivinado.

No sé a dónde quieres llegar, Lo que  leía no tenía que ver con el diario, hasta esta mañana que ya me puse en serio.

Pero ¿a ti no te gusta leer?

Sí.

Entonces, ¿por qué no lo hiciste hasta esta mañana?

Porque no me gusta leer de todo. Me resultaba más interesante leer otra cosa. 

Ah bueno, pues si a la princesa no le gusta leer eso, es mejor que lo deje para el final o que no lo haga directamente.

Leer el libro de esta mañana era optativo, no era necesario incluir las reflexiones en el diario, pero creo que viene mejor explicado, o al menos me entero mejor, leyendo el libro que durante la clase. Además, leerlo me hace tener una perspectiva diferente a la que tenía la primera vez que daba esos contenidos. No es lo mismo estar en clase y atender que leer posteriormente algo relacionado con los temas que se han tratado en clase. El nivel de atención y motivación no es el mismo. 

¿Y para qué lo lees?

Parece que leer el libro de esa asignatura sea algo malo. Para reforzar lo aprendido en clase.

En tu caso no es reforzar...

No te pases, aunque no lo parezca me entero de lo que pasa en clase.

Hay una cosa que no entiendo. Si no te gustan esas clases ¿por qué vas?

No es lo mismo hacer un diario de una asignatura que te gusta 
que hacer un diario de una asignatura que no te gusta.

Porque no puedo no ir. 

Tú sigue fregando todos los viernes y quedándote sola. ¿QUIÉN ES ESE?




7 de noviembre de 2015

Feedbacks de un proceso de aprendizaje



Aprendemos en contextos muy diferentes, aprendemos sin darnos cuenta, aprendemos enseñando, aprendemos aprendiendo, incluso aprendemos cuando no aprendemos o cuando creemos que no aprendemos. 

Parece un trabalenguas y cada vez intento definir lo que para mi es aprender lo veo más complicado. No es un proceso que dependa del tiempo, dos personas puedan aprender lo mismo en diferentes tiempos. Tampoco hay un modelo único para todos, aunque como profesor sea complicado no enseñar como uno mismo aprende. Tan siquiera se necesita a alguien para aprender, aunque a veces cueste reconocer que se necesite ayuda. 

Ayer leí un post de un profesor que tuve hace ya 3 años en el que explicitaba cuestiones relacionadas con el aprendizaje de sus propios alumnos y cómo él veía dicho procesos en función de las preguntas que le planteaban. 

Mientras leía el post, me acordé de los conceptos de feedback y feedforward que tienen que ver con cómo se procesa la información y la capacidad de gestionar esa información para anticiparse a lo que va a ocurrir que no tiene por qué estar relacionado con la realidad, de modo que puede ser más o menos disruptivo con las expectativas que tienes. 

Procesamos información continuamente, pero no la procesamos de la misma manera y creo que es porque no es igual de relevante para nosotros o porque ocurre algo que no nos esperamos y centramos la atención en eso o porque simplemente no queremos centrar nuestra atención en esa información que nos llega. 

Recuerdo una escena que vimos en las clases con ese profesor en la que se explicitaba estas cuestiones de feedbacks positivos y negativos y feedforwards. Era una escena corta que parecía a primera vista que no ocurría nada, las transiciones resultaban graciosas, pero el proceso en cuestión servía de ejemplo para captar toda la secuencia  que era un ejemplo de desarrollo. 

En una clase, estas transiciones ocurren muy rápido, pero creo que son esenciales tanto para el profesor como para el alumno. Al profesor le ayuda a concretar el punto en el que su alumnos se encuentran del aprendizaje, a notar las diferencias entre los alumnos y sobre todo a verse a sí mismo como el encargado, aunque no siempre, de aportar la información a los alumnos y saber trabajar con los feedbacks que obtiene, ya sean positivos o negativos. Al alumno le proporciona información sobre su propio proceso de aprendizaje, saber si comprende lo que está aprendiendo, si se relaciona con sus conocimientos previos y si le aporta algo nuevo la información que está gestionando. 

Llegar a ese nivel de abstracción, tanto por parte del profesor como por parte de los alumnos es algo muy complicado. A la vez, creo que necesario que los que participan en el proceso sean conscientes de este tipo de transiciones porque beneficia a todos. 

Hay feedbacks que son muy sutiles y otros que no lo son tanto. Por ejemplo, me llama mucho la atención la concepción que muchos tienen sobre los exámenes. Se considera que es la evaluación final de un proceso y que si no lo apruebas es porque no has aprendido. 

Este verano, dando clases particulares, me di cuenta de la relación que hay entre cómo concibe un profesor una prueba final (cómo se concibe) y cómo lo concibe un alumno suyo. El planteamiento del profesor era considerar unos contenidos mínimos y otros "suplementarios" de los que el alumno solo tenía que aprobar los mínimos, que no tenían por qué ser fáciles necesariamente, para aprobar el examen. El problema de fondo, al menos uno de ellos, es que el alumno decía "Eso no me lo voy a aprender porque no me lo van a evaluar". Desde mi punto de vista, tiene mucho sentido ese argumento aunque es muy triste que un alumno piense así. Sigo sin comprender el objetivo que el profesor se plantea al evaluar de esa manera. 

Ayer, dando una clase particular, después de un examen, el alumno se dispuso a reflexionar sobre qué ejercicios había hecho, cómo los había hecho así y por qué los había hecho así. Para mí, eso es un ejemplo de aprendizaje y no estar en una clase con la presión que tiene un examen y con las consecuencias que puede tener en la evaluación de esa prueba. Desde mi punto de vista, tiene mucho más sentido y significado para un profesor que evalúa un proceso tener en cuenta no solo el resultado de esa prueba sino lo que se hizo antes y lo que se está realizando posteriormente. 

Un examen no es una prueba objetiva: supone un nivel, una metodología y una manera de enfrentarse a unas cuestiones unidireccional. No proporciona interacción entre el profesor y el alumno. Un profesor, antes de plantear un examen sabe, o debe saber, el momento del proceso de aprendizaje en el que sus alumnos se encuentran. Lo que haga en un periodo de una hora o dos, no es, al menos para mi, tiempo suficiente para darse cuenta de lo que ha hecho, cómo lo hizo y por qué lo hizo. 

26 de octubre de 2015

Nebulosa


No recuerdo cuando las di en el instituto, no sé si fue en la ESO o en Bachillerato. No recuerdo lo que eran, si eran buenas o eran malas. Lo que recuerdo es que me parecían preciosas y me lo siguen pareciendo. En la imagen se ve una pequeña parte de mi nebulosa favorita, "La nebulosa del águila".

Últimamente tengo una facilidad de llevarme la contraria asombrosa. No me refiero a las conversaciones que mantengo con el blog, que son curiosas cuanto menos, sino en mi día a día. Desde hace semanas, quiero empezar a redactar los diarios reflexivos que tengo que presentar antes de que acabe el año, pero por alguna extraña razón siempre que me dispongo a hacerlo, se me ocurre otra cosa que hacer.

No es porque no quiera hacerlo, porque verdaderamente considero relevante e importante esas asignaturas para mi formación profesional, al menos me ayudan a ver la docencia desde otro punto de vista diferente al del alumno, algo que por otra parte se debería trabajar en el resto de asignaturas de la carrera. Pero aún pudiendo, no lo hago.

Tampoco es por falta de tiempo, me sobra tiempo aparentemente para hacerlo, pero se me ocurren muchas cosas que hacer antes de ponerme a escribir. 

Ni siquiera es porque no se me ocurran argumentos ni tenga ganas de escribir. 

El problema es que van pasando las semanas y los diarios siguen vacíos, bueno alguno está empezado pero apenas 4 hojas. 

La facilidad que tenía en primero y en segundo de carrera de hacer los diarios de aprendizaje han desaparecido, al menos no son tan fáciles. La temática y la manera en la que se plantean los diarios de aprendizaje son muy diferentes: unos abiertos y voluntarios y otros cerrados y obligatorios. 

Pero ahora es diferente, ahora soy diferente y soy mucho más restrictiva y selectiva con la manera que tengo de enfocar los diarios de aprendizaje. Me gusta hacerlos, me gusta reflexionar sobre lo que hacemos en clase, pero creo que soy un poco escéptica en ciertos temas y eso me impide escribir. Los profesores me aseguran que se puede conseguir pero yo no lo veo tan claro que se pueda hacer. 

No tiene sentido mi postura porque el hecho de que no lo haya experimentado o vivido no quiere decir que no sea real, pero aún así sigo dudando.Puede parecer una tontería pero hay metodologías que en papel quedan muy bonitas pero cuando se llevan a la práctica no son tan buenas. O puede que a un profesor le funcione y a otro no, aún siendo la misma metodología. 

Personalmente, creo que hay muchas más variables, a parte de una metodología u otra, que influyen en un aula: la diversidad del alumnado, la diversidad de las familias, la diversidad del profesorado, el centro educativo, la participación e implicación de todos los miembros del centro educativo, la formación de docentes y familias, el entorno donde se sitúa el centro, etc... 

Por llevarme la contraria, soy capaz de hacer cualquier cosa.