6 de julio de 2013

Conclusiones cursillo Autoaprendizaje (2013)

Cuando me enteré este cursillo, reconozco que estaba muy entusiasmada y expectante de que comenzara, pero conforme se iba acercando el día de empezar, me fue entrando el nerviosismo y la intriga de si en realidad me iba  a servir de algo esta experiencia o no. Pensé que me iba a ayudar en cierta manera no tanto a nivel individual sino para comprender más el aprendizaje. 

Luego caí en la cuenta del título y los nervios aumentaron, porque de pequeña investigaba todo, no tenía miedo y hacía cosas que no eran muy normales con cierta edad. Aunque eso también me intrigaba porque quería saber si era normal tanta investigación por mi parte o por lo contrario no tenía que haber tenido ciertas "aventuras", por llamarlo de una manera. 

En el cursillo, me di cuenta de muchos aspectos que ocurrían a mí alrededor pero de los que no era consciente o no eran importantes y ahora van cobrando importancia poco a poco.

El hecho de etiquetar una experiencia como positiva o negativa en el momento en el que ocurre, va a condicionar entrar más o menos en detalle. Si algo es negativo para nosotros entramos más en detalle, mientras que si es positivo no le damos mayor importancia a los detalles. Es una manera de aprender sorprendente, al menos a mí me lo pareció. 

Tendemos, o esa es la impresión que me da, a dar mayor importancia a cuando nos equivocamos que cuando acertamos. Cuando acertamos damos por hecho que lo hemos hecho bien y solo buscamos el producto final, mientras que si nos equivocamos nos fijamos en el proceso para que la próxima vez no ocurra así. Equivocarse no es malo, es una forma de no llegar a lo que te propones. 

Una de mis mayores preocupaciones cuando decidí seguir con magisterio y hacer pedagogía fue precisamente eso. Si me equivoco y no valgo para eso o no me gusta puedo buscar alternativas con las que no contaba desde un principio. Lo que sí tengo claro después de estos días, es que hacer algo que te gusta es ESENCIAL. 

A nivel personal, el muy importante hacer, estudiar o aprender algo que me sirva en un futuro y que no lo vea como una obligación o algo que me impongan. Siempre va a haber hechos que haga por obligación y encontrar lo que verdaderamente te va a ayudar en un futuro es relativamente difícil, sobre todo si es algo que no te gusta. 

Por ejemplo, Organización de las Instituciones Educativas, asignatura de este 2º cuatrimestre, me resultaba complicada y NADA motivante, pero necesito aprobarla para poder graduarme. Como la motivación tenía que salir de mí, y con lo que oía en  las reuniones del Departamento, me iba enterando de lo que trataba la asignatura. Hacía un diario reflexivo pero no sacaba casi nada en claro, salvo cuando llegaron los últimos temas que consideraba primordiales y estaban más relacionados con psicología y orientación. Aunque fue complicado encontrar lo que me motivaba, al final lo encontré y conseguí aprobar. 

Otro aspecto en el que me ayudó el cursillo es en autogestionarme, es decir, a tranquilizarme y a gestionar mis cualidades. No subestimarme, porque muchas veces no hago cosas no por el hecho de que no pueda, sino porque creo que no puedo y no atrevo a hacerlo. La importancia que tiene hacer algo porque tú quieras, quitarse los miedos (vengan de donde vengan) y sobre todo a disfrutar del proceso de aprender, de cada experiencia y situación porque no se van a volver a repetir. 

En resumen, me lo pasé como una enana y aprendí mucho sin darme cuenta. Esa semana me ayudó a sacar la niña que un día fui y que de vez en cuando sale. No tengo que tener miedo a aprender porque nadie nacemos aprendidos y cada uno aprende a su ritmo y de experiencias distintas. Lo que consideraba un impedimento hace unos 5 meses, la timidez, se debió de escapar hace tiempo, pero me aferraba a ella por miedo.

Hace aproximadamente un año, ni se me pasaba por la cabeza hacer muchas cosa que realizo hoy en día. Magisterio sacó de mí esa niña que quiere aprender. Me he dado cuenta que soy más feliz y aprendo más rápido y es lo que me motiva a tener esta imagen más presente. 

5 de julio de 2013

Viernes 28 de Junio

Pese a que fue el día más corto, fue intenso y muy interesante, al menos para mí. Comenzamos como siempre con una revisión pero no como los días anteriores, sino teniendo en cuenta los días anteriores, un resumen de todo el cursillo. Salió el tema de las preguntas guiadas de la revisión del día anterior y me pareció interesante las opiniones de las demás personas, un punto de vista diferente al que tenía yo. 

A continuación, realizamos por parejas un dibujo que aparentemente no tenía nada que ver con nada y el compañero después tenía que añadir elementos para así construir una historia entre los dos. Me encantó hacer este ejercicio, no en la de dibujar, porque dejo mucho que desear, sino porque me di cuenta de lo importante que es el subconsciente a la hora de interpretar y las experiencias previas. 

Hay veces que no nos damos cuenta pero siempre añadimos algo de nuestra “cosecha" cuando vemos algo o nos cuentan algo. Un claro ejemplo, que se dan sobre todo en los pueblos o al menos es más visible, es el hecho de los cotilleos. Es como el juego, el teléfono escacharrado. Al menos a mí me pasa que cuando es el cumpleaños de alguien, tengo que comprar el regalo el mismo día o el día anterior porque  sé que cuando le vea se me va a escapar y de lo voy a terminar diciendo. O cuando cuentas un historia que no la cuentas de la misma manera siempre. 

En un dibujo es más fácil de observar, de hecho el siguiente ejercicio fue volver a hacer el dibujo que hicimos con las modificaciones que nos dijeron los compañeros. Por ejemplo, mi dibujo era de una playa y recuerdo que estaba cerca el coche pero en un espacio destinado a él, un aparcamiento. En el primer dibujo lo había dibujado al lado de las personas mientras que en el segundo lo dibujé en lo que parecía (o al menos intentaba representarlo) un parking. 

Puede que sea por la necesidad de tener coche que pueda recorrer cierta distancia sin quedarse sin batería. 

Me gustó mucho hablar con mi compañero sobre la educación formal. Es uno de los temas que más me interesa en los últimos meses y en el que más hay que trabajar para conseguir cambiar ciertos aspectos que considero que no son muy beneficiosos para los alumnos y docentes. 

Es el único día, junto con el lunes, que no tengo datos específicos sobre lo que hicimos. Aunque el lunes fue porque se me olvidó darle al botón de "Guardar" y tuve que acordarme de lo que hicimos. No he querido fijarme en el diario que realicé esa semana porque creo que va a ser mucho más productivo para mí. 


En los próximos días realizaré una serie de conclusiones a las que llegué con este cursillo. No sé si serán los mismos objetivos con los que se plantearon el curso.

4 de julio de 2013

Jueves 27 de Junio

Siempre he considerado fundamental  para mí que lo que aprenda signifique algo para mi futuro o que me aporte conocimientos lo suficientemente relevantes e importantes. Pero hay ocasiones en la que el interés y motivación que tenga no son suficientes.

Tanto la revisión de ese día como una actividad que desarrollamos a lo largo del día, me pusieron a prueba. Reconozco que me tengo que poner muy en serio con el inglés, pero no tanto como yo pensaba o en ámbitos concretos. Con ponerme a prueba me refiero a que eran  parcial o completamente en inglés. 

Me llama la atención el hecho de que entienda a la gente hablar en inglés pero yo, a la hora de hablar, no sepa. Quizá sea por falta de práctica porque salvo en el instituto, no hable con nadie ni en otro contexto. Sin embargo, he visto muchas películas en inglés. Cuando estaba en el grupo donde sólo se hablaba inglés me sentía mal conmigo misma, por el hecho de entender lo que decían pero no saber explicarme en inglés. Aun así, fue una buena experiencia porque me pensaba que iba a estar más perdida en el idioma. 

A diferencia de esta experiencia, se encuentra  un ejercicio que nos planteó John en el que, primero de forma individual y luego grupal, tuvimos que identificar los tipos de aprendizajes y agrupaciones o formas de agrupar que cada uno de nosotros habíamos hecho para llegar a nuestras conclusiones. El ejercicio fue contar cuántos cuadrados había y el segundo cuánto rectángulos, en la siguiente imagen:

Lo importante no era dar en el clavo con la cantidad justa sino ser consciente del proceso y de las estrategias que cada uno tenía para desarrollar esa actividad. También teníamos un tiempo limitado, estipulado por John tanto para empezar a contar como para terminar. Por ejemplo, en mi caso, y no es que solo sea en este cursillo, es que no suelo coger demasiados apuntes. Mientras escribo pienso que pierdo información que puede ser relevante, de modo que voy relacionándolo mentalmente. Puede que el hecho de no apuntar sea un condicionante precisamente de lo que quiero evitar, perder información, pero si lo voy comprendiendo poco a poco es mejor, al menos para mí, que ir apuntando. 

En PDD se nota más que en PDE, por ejemplo. Mientras que en PDD apenas gasté 3 hojas en todo el cuatrimestre, en PDE gasté más del doble. Paradójicamente, lo que había dado de Psicología pertenecía a PDE y no a PDD. Sería más lógico pensar que escribo algo de lo que no sé a algo que sí que sé. 

A continuación, partiendo de experiencias nuevas para crear aprendizajes nuevos. Recogiendo objetos teníamos que hacer una pequeña construcción para que el compañero lo copiara y realizar una serie de comportamientos para explorar el aprendizaje y descubrir lo que estaba en función de varios parámetros como la estructura y la secuencia del comportamiento. En resumen, inventarse algo significativo para ti. 

Mi experiencia fue la de cómo conseguí entrar y salir de un patio con mi coche. No voy a entrar en detalles, pero el resultado fue sacar el coche pero con feedback que me enseñaron a no volver a meter el coche en ese patio. El retrovisor casi colgando, la luna delantera un tanto rajada y un golpe atrás son los feedback, aunque tengo que reconocer que pensaba que iban a ser más numerosos.

Por último, y después de que John nos explicara la diferencia entre la educación formal y la natural, realizamos una línea temporal por parejas que nos ayudara a comprender los pasos de cómo aprendemos (estructura). Aprendemos gracias a varias experiencias sensoriales a la vez. 

Por ejemplo, cuando tocamos una hoja aprendemos cómo es gracias a varias experiencias sensoriales. Mientras que con un dedo notamos una capa suave por los pelillos que tiene, por la otra sentimos que es pegajosa, algo que también podemos percibir con la vista o incluso con el olor.

3 de julio de 2013

Miércoles 26 de Junio

La primera hora, más o menos, del martes al viernes, hicimos una pequeña revisión de los días anteriores. La revisión del martes no la hice porque no me sabía el horario pero al del miércoles, fue distinta. Me explico. Me dijeron de hacer un diario personal con preguntas guiadas. 

Lo primero que noté es que, tanto a nivel personal haciendo la revisión  como a nivel grupal en las revisiones en grupo, hay numerosas diferencias. Por ejemplo, con preguntas guiadas es mucho más fácil contestar, porque sabes a lo que contestas, mientras que cuando no hay pregunta, seguimos la secuencia de actividades que hicimos el día anterior. Al trabajar en grupo me doy cuenta de las cosas que pasé por alto, o que al menos no fueron relevantes para mí.

A continuación, John nos explicó los niveles de significado: NIVEL 0 (sin interpretaciones, estímulo), NIVEL 1 (básico, cómo comprendemos el mundo, descripción neutral), NIVEL 2 (sentir como aprendemos, no hay ideas aisladas) y NIVEL 3 (significado personal, conectar con tu experiencia). Diferenciar entre los dos primeros niveles fue fácil pero hacer la distinción entre el 2 y el 3 fue más complicado, al menos nos costó distinguirlos. 

Digo que nos costó diferenciarlos porque tuvimos que descubrir los 4 niveles en dos experiencias individuales, una positiva y otra negativa. Curiosamente, me resultaba más fácil distinguir en las experiencias de mi compañera que en la mía y a ella le pasaba lo mismo. 

Después, continuamos realizando la línea temporal con las emociones de las experiencias anteriores para relacionarlas con cada parte de la experiencia y reconsiderar si las etiquetas anteriormente adjudicadas a cada experiencia sigue siendo la misma o ha cambiado. Es decir, extender la atención.

Una de las anécdotas con mi coche más memorable aparcando fue hace casi un año. Mi coche tiene 22 años y la dirección es resistida. El caso es que me dejaron como 10 centímetros en total por delante y por detrás. La paciencia con mi coche es nula y uno de los coches era un todoterreno con bola, con lo que yo tenía las de perder y un golpe más o menos en el coche tampoco me importa mucho. Como era previsible saqué el coche pero un golpe considerable. A los 3 minutos volví y el todoterreno ya no estaba. Y me entró la risa. 

Mi primera etiqueta fue la de no tener demasiada consideración con el dueño del todoterreno y tirar piedras al río (cosa que no hice), duraron apenas 3 minutos porque al volver y ver que no estaba, me di cuenta que soy una cagaprisas y que tengo que tener más paciencia con el coche (además de no dejarle el espacio suficiente al todoterreno para que volviera a aparcar en ese sitio, que me arrepiento de haberlo hecho). Cambié de estar enfadada conmigo misma a reírme de mí misma. 


Finalmente, hicimos una comparación de las experiencias e hicimos un listado de aprendizajes. Con la comparación de experiencias mejoramos conocimientos. 



2 de julio de 2013

Martes 25 de Junio

Me río por no llorar. Éste día me enteré del verdadero horario del cursillo que no es que hubiera cambiado sino que simplemente recordaba que empezaba a las 10 (pensaba que ponía esa hora en la hoja de presentación del  cursillo). 

Aun así, esas experiencias que me parecen muy graciosas ahora me sirven para explicar lo que hicimos ese día. 

Por parejas, tuvimos que recordar dos experiencias: una agradable y otra no tanto. 

Mi experiencia agradable es que la noche anterior estuve con mi mejor amiga, nos lo pasamos como enana como siempre que nos juntamos y nos dormimos considerablemente tarde. No pensé en las repercusiones que podía tener al día siguiente por no dormir lo suficiente, ya que solo quería disfrutar y no me importaba no dormir esa noche. 

Mi experiencias no tan agradable es que me di cuenta de lo despistada que soy. Sabía que lo era pero creo que ese día toqué techo. Sumando lo del lunes (esperar en una clase que no era) se le añade el darme cuenta de cuándo empezaba realmente el cursillo. Visto desde una cierta distancia es gracioso (como le pareció a Alejandro), pero a mí no me hizo ni pizca de gracia, aunque me riera en ese momento. 

Hicimos lo de las experiencias para darnos cuenta de las diferencias en cuanto a contar las historias agradables y no tan agradables. Mientras que en la experiencia agradable somos más objetivos y contamos la historia como si fuera en 3ª persona, en la experiencia desagradable somos totalmente subjetivos porque las emociones que hemos sentido son más fuertes e intensas y nos sentimos el protagonista. 

La verdad es que a mí me pasa una mezcla de las dos. Por ejemplo, el otro día, a la que salía de casa, dejé las llaves por dentro y cerré la puerta. A la que iba a cerrar la puerta de fuera me digo "¿Dónde has dejado las llaves?". Cuando me pasan cosas de este tipo, que suele ser a menudo, hablo conmigo misma como si yo no lo hubiera hecho. Quizá porque siempre intento sacar un punto cómico a la situación y aprender de ello, aunque me enfade conmigo misma.

La siguiente actividad fue un poco más compleja tanto para mí como para mi compañera. Teníamos que dibujar dos experiencias; una positiva y otra negativa. Además teníamos que compartir interpretaciones y relacionar los dibujos. 

Imaginación al poder. Lo único que supimos decir bien es cuál era el dibujo positivo y negativo. Lo demás cada una tiraba para su casa. Era como jugar a las películas  y saber el género pero no el título de la película. Si tienes un buen compañero o compañera es fácil pero como tengas a una persona con la que no has trabajado nunca es más complicado. Anda que no lo fue. 

Me di cuenta que no sé dibujar  y que el dibujo que había hecho era secuencial. Tras el día anterior y parte de este día haciendo líneas temporales, era incapaz de elegir una escena en concreto de la experiencia. Además tenemos mucha imaginación de fantasía, tanto mi compañera como yo, posiblemente después de que John el día antes nos dijera que existían elefantes rosas, broma con la que estuvimos todo el cursillo.

A continuación, nos juntamos con una pareja y continuamos comparando interpretaciones. En esta ocasión descifraron lo que quería decir sus dibujos y los míos. 

Así, descubrimos que  nos basamos en unos aspectos o en otros dependiendo de nuestras experiencias. Después contamos las historias de los demás como si nosotros lo hubiésemos vivido. Fue complicado porque cada una empezaba de una forma distinta y organizaba la secuencia en distinto orden. 

Las conclusiones a las que llegamos es que podemos ser muy creativos con lo que interpretamos partiendo de que somos creadores de la interpretación. Mientras que quien cuenta la historia parte de unos elementos simples, el que la interpreta crea nuevos significados y posee una mayor cantidad de información. 

En el proceso de crear están implicadas numerosas habilidades que dependen de numerosas variables y posibilidades. Hay aspectos que determinan los recuerdos y las interpretaciones. El tiempo transcurrido desde entonces o las veces que los recuerdas pueden ayudar o empeorar, ya que puedes introducir nueva información que antes no tenías y modificar el recuerdo. 

O si es un recuerdo de la niñez puede que lo interpretes a tu manera. Por ejemplo, cuando tenía 3-4 años, estaba corriendo de la entradita de mi casa al comedor  y recuerdo que me tropecé y se me cayó la mesa de cristal con la figurita en la cabeza. Tras mucho años, salió el tema con mi hermano y me dijo que no tropecé sino que trepé y la mesa con la figurita vencieron.