12 de marzo de 2014

¿Acompasar o desacompasar?

El hecho de acompasar o desacompasar parece fácil de comprender pero es difícil de diferenciar llevado a la práctica, es decir, aparentemente son términos contrapuestos pero en casos prácticos no siempre hay que acompasar ni siempre desacompasar.

Lo que sí que está claro es que para iniciar una relación  con un cliente o con alguien que no conoces es esencial acompasar y conforme pasa el tiempo se puede desacompasar, pero si se comienza desacompasando es difícil que se origine el rapport. 

Pero, desde otro punto de vista, cómo sabes o puedes saber cuándo tienes que acompasar y cuando desacompasar. El hecho de desacompasar no quiere decir que no estés acompasando aunque pueda parecer que no. Por ejemplo, el otro día haciendo un trabajo con un compañero que luego compartimos con el resto del grupo, comencé a “picar” a uno que no estaba haciendo el trabajo pero que luego informaríamos de los resultados que obtuviéramos. Con la persona con la que estaba haciendo el trabajo me siguió con la broma y conseguimos que la otra persona se interesase pero le dijimos que no hacía falta, por lo que se picó, pero luego se le pasó.

Con esto quiero decir que si se desacompasa se pueden conseguir beneficios, aunque no sean tan efectivos como si se acompasase. Posiblemente si hubiera acompasado de primeras no habría conseguido justamente no que en un principio pretendía. Aunque en este caso entra en juego la ironía y el doble sentido de las palabras.

Por ese motivo, es importante establecer límites entre acompasar y tener un tipo de relación más allá del que se suele establecer. El hecho de acompasar no quiere decir que esa relación vaya más lejos.

En este sentido, la externalización es esencial, es decir, proporcionar a la otra persona de una visión más amplia del problema, dejando de ser presa del problema para objetivarlo y trabajarlo así desde un punto externo.

También tenemos que tener en cuenta que el lenguaje crea realidades, es decir, es una herramienta elemental; la manera en la que hablamos y escuchamos, por lo que es necesario estipular o consensuar una serie de conceptos con los que vamos a trabajar. Puede que para una persona ser libre implique unas connotaciones que son distintas para las demás. Se tiene que adoptar el lenguaje a los diferentes factores que repercuten en el lenguaje (sexo, ideologías, nivel de estudios, etc…).

Aunque no seamos conscientes de ello, siempre priorizamos un sentido por encima de los demás y se esto se puede observar mediante el lenguaje verbal y no verbal. Ya sea por expresiones o por gestos.  Y esto tiene que ver con la manera que tenemos de procesar la información, ya que depende intrínsecamente de esas modalidades sensoriales.


Generalmente, si no se acompasa no se cambia pero si se acompasa se cambia. Tanto para acompasar como para desacompasar es imprescindible  no imponer los valores ni la ideología ya que tienes que construir la historia a partir de la suya.




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