21 de enero de 2016

Lo que más me gusta de la Universidad

Aunque ya he terminado las clases presenciales de la carrera, o al menos eso espero, lo que más me gusta de la carrera es cuando no estoy en ella. Para mi, lo más importante de la carrera ha sido tanto la formación profesional como la personal, aunque no siempre he priorizado ambos aspectos por igual.

He tenido asignaturas que me han ayudado a desarrollarme tanto personal como profesionalmente, mientras que he tenido otras que durante 4 meses he permanecido inmutable a lo que pasaba, o al menos pensaba que esa asignatura debía haberme aportado más. No fue así en gran medida por mi culpa porque ciertos comportamientos o situaciones hicieron que me desligara de la asignatura, al menos a tomármela como un mero trámite para conseguir que me reconocieran los créditos. 

De hecho, una de las causas por las que priorizaba unas asignaturas sobre otras era mi interés y motivación hacia los contenidos, sobre todo al inicio de la carrera, y a mi afinidad hacia el  docente en cuanto a metodologías y recursos que los propios profesores usaban o podían usar en sus clases, sobre todo en los últimos años de la carrera. Por eso, disfruté más de los primeros años que de los últimos.

En gran medida, hay dos asignaturas de los primeros dos años que me ayudaron a desarrollar esa capacidad que tanto me ha marcado en los últimos años. Esas asignaturas no solo me enseñaron a cómo aprendemos sino también a cómo enseñar. Es cierto que he tenido asignaturas específicas de didáctica, pero creo que precisamente estas dos me ayudaron más que las otras, principalmente porque me enseñaron a posicionarme en una perspectiva mucho más abierta en cuanto a la docencia.

La primera fue PDD. Para mi, fue una sorpresa porque no pensaba que esa asignatura formase parte de la carrera de Magiterio y aunque para mi la psicología era otra cosa (la asignatura que di en Bachillerato estaba más relacionada con la disciplina en general y no tan centrada en la educación), me enseñó a ver el aprendizaje y la enseñanza como un proceso dinámico tanto por parte de los alumnos como por parte del profesor. La concepción que tenía de la educación era la que me habían enseñado en etapas anteriores, para bien y para mal. El error que cometí es no ser consciente de lo que había significado esa asignatura para mi hasta pasado el tiempo porque consideraba que era en las prácticas donde los contenidos tenían aplicación práctica y no era capaz de extrapolarlo a otros contextos que no fueran el educativo.

La segunda fue FPAD. Aunque esta clase fue mucho más teórica que la anterior, los contenidos tenían más que ver con cómo ciertos modelos de enseñanza fomentan o no la atención a la diversidad. Pero antes que nada era importante saber qué significaba atender a la diversidad, algo que me he cansado de escuchar en la carrera y que gracias a esta asignatura he llegado a comprender prácticas docentes que realmente atienden a la diversidad. De hecho, uno de los motivos por los que fueron tan desmotivantes las primeras prácticas fue por el "abismo" que separaba la concepción que tenía la profesora de atender a la diversidad en la escuela a la que estaba elaborando yo a raíz de esta asignatura. 

Hay una tercera asignatura que ha significado mucho para mi y que considero básica  en cuanto a la formación del profesorado, algo que por otra parte no tiene mucho sentido que se dé en 4º si realmente los profesores que tanto dicen que es necesario atender a la diversidad cuando siquiera saben diferenciar entre trastorno y dificultad y por no mencionar los factores que inciden en el aprendizaje. El nombre de la asignatura no podía ser otro que "Atención a la diversidad y diferenciación curricular". Uno de los principales problemas es la necesidad de tener a cada alumno "etiquetado" como si permaneciese igual durante su vida. El problema de etiquetar es que no se atiende a la diversidad sino a aquellos que son capaces de seguir las explicaciones del profesor y a los que no se les considera como alumnos con necesidades educativas especiales. Ese término no me gusta por lo que conlleva, al menos lo que considero que implica. Integrar e incluir no son sinónimos, por mucho que la gente los considere como tales, de ahí el problema de lo que se considere atender a la diversidad. Para mí no implica sólo que los alumnos estén en una misma clase, sino no producir segregación dentro de la clase. 

Cada periodo de prácticas que pasa es más interesante para mi porque no soy la misma, la información que tengo y que puedo empezar a gestionar en una clase es muy diferente al anterior. De hecho, es uno de los llamativos más importantes que tiene la docencia que más me gustan. 

Para mi, las prácticas es un periodo en el que aun sin estar en la universidad puedes aplicar todo lo que has aprendido en ella. Hay muchos procesos que tienen lugar en una clase y aunque es cierto que estar de prácticas no es igual que ser profesor, al menos no en mi experiencia, es verdad que te permite tener una perspectiva más amplia y REAL de lo que es una clase. 



Ese vídeo es uno de mis favoritos de la carrera porque solo con la mirada explica las diferencias entre los niños y los padres a la hora de interpretar el mundo real, algo que en muchas ocasiones se distorsiona de tal forma a los niños cuando no son ellos quienes deben de cambiar su mirada de ver e interpretar el mundo. 

Para mi, la docencia es una de las profesiones más complicadas y reconfortantes que hay. La docencia no es enseñar y que los alumnos aprendan, estos procesos no siempre ocurren a la vez, aunque el que enseña siempre aprende quiera o no quiera. La docencia tampoco es saber mucho sobre un tema o muchos temas, de nada sirve saber mucho si no saben enseñar, de hecho no enseñan conocimientos sino que los transmiten. La docencia es darse cuenta que no todos los alumnos aprenden como el profesor aprende, que hay factores que indicen en el proceso de aprendizaje y solo uno de ellos tiene que ver con los estilos de aprendizaje, que los alumnos son personas y no máquinas en las que se deposita el conocimiento y que atender a la diversidad es un derecho de los alumnos y un deber del profesor. 

¿Qué ocurre si un profesor no tiene la respuesta a una pregunta de los alumnos? O peor ¿qué ocurre cuando un profesor tiene miedo a la respuesta de un alumno? Una de las premisa que tenía en primero de carrera era que el profesor poseía el conocimiento y los alumnos no. De esta manera, el aprendizaje y la enseñanza era unidireccional: los alumnos aprenden lo que el profesor les enseña. Pero no ocurre al revés, no es el alumno el que enseña  y el profesor aprende. 

En las clases particulares, siempre me pasa y no lo considero como algo negativo sino todo lo contrario. Creo que la docencia implica tanto enseñar como aprender porque son conceptos que no se dan aisladamente, es más se necesitan mutuamente. 

En 4 días empiezo las prácticas, no sé si serán como las primeras o como las segundas, pero lo que sí sé es que las 9 semanas me van a servir para seguir aprendiendo.

Cuando me despedí de la clase en la que estuve de prácticas el curso pasado, como estaba muy emocionada escribí en la pizarra "No os canséis de aprender". La respuesta fue "Eso es muy aburrido" y me di cuenta que ellos lo consideraban como sinónimo de estudiar. No siempre somos conscientes de que aprendemos y aunque no siempre aprendemos cuándo y cómo queremos tanto las experiencias positivas como las negativas nos enseñan a aprender. 

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