19 de abril de 2015

Inferencias deductivas



Supuestamente, quería aprovechar este tiempo que tengo libre para dedicarlo tanto a la investigación, que últimamente no tengo tiempo para leer sobre ello, como al tema del prácticas sobre el que quiero basar mi trabajo de análisis, sobretodo para encontrar cuestionarios relativos al desarrollo moral en el aula y a los valores del grupo.

Pero cuando venía hacia Guadalajara, reflexionando sobre como había ido la semana, me he parado a pensar sobre una contestación de mi profesora de prácticas cuando le comenté que estaba realizando una investigación en la universidad sobre Burnout. Su comentario fue algo así como "No habrá casos de quemados en los profesores de universidad porque para 3 horas que trabajan".

Hace unos meses, tomando algo en un bar, salió el tema de la docencia hablando con unos amigos. En realidad, estábamos hablando de otro tema que no recuerdo y oí un comentario que decía "La mejor profesión es la de profesor: tienen 183 días de vacaciones al año y cobran un pastón".

Mientras estaba aclarándome sobre lo que hicimos la semana en el colegio, para poder realizar el diario del Prácticum, me di cuenta de que ese tipo de vinculación, la que se ven en los dos comentarios anteriores, es la que vi el año pasado en Habilidades de Counselling. Es decir, a partir de dos premisas obtener una tercera que necesariamente es considerada absoluta e irrefutable sin tener que comprobarlo para saber si verdaderamente es válida.

Por desgracia, mi memoria no es buena para recordar nombres, pero creo recordar que distinguíamos varios tipos de juicios en función de si tenían base sensorial o no,  si podíamos demostrar que las inferencias obtenidas eran verdad partiendo de casos particulares hasta llegar a una premisa que se considera válida, lo que llamábamos inferencia deductiva. 

Teniendo eso en cuenta, se consideran los comentarios anteriores como inferencias deductivas que se toman como verdaderas de manera absoluta. 

En el primer caso, no sé hasta qué punto un profesor de universidad puede estar quemado, o lo mismo para un profesor de Infantil o de Primaria o de la ESO o de Formación Profesional y las diferencias entre ellos, es decir, las variables que hacen que un profesor esté quemado o no, independientemente del grado de docencia que imparta. De eso precisamente va la investigación.

Me llamó la atención lo convencida que estaba la profesora al hablar sobre el tema, considerando que la docencia en la universidad había menos horas de clase que en la docencia en Educación Primaria. Personalmente, creo que se refería a docencia presencial en el aula y en el centro educativo.

En cuanto al segundo caso, y en contraposición a mi actuación en el primer caso, le pregunté que porqué sabía que era así y me dijo que conocía a alguien que se lo había dicho. Como estaba muy convencido le dije que si lo sabía porque no se hacía profesor, a lo que ya no supo responderme, pero seguía teniendo clarísimo que estaba en lo cierto.

No es la primera, y no será la última vez que escucho ese tipo de comentarios en los que se da por hecho que los profesores tienen muchos días de vacaciones y cobran mucho. Es cierto que no sé lo que cobran pero sé que lo de las vacaciones no es verdad. 

Por ejemplo, hay unos argumentos que dicen que tienen la tarde libre y los fines de semana y en parte es cierto porque los fines de semana no trabajan físicamente en el centro educativo, pero la preparación de las clases, la organización del temario, la preparación de las actividades y de las sesiones ocupan gran cantidad del "tiempo libre" que tienen los profesores. 

Cuando me preparo mis clases particulares, el tiempo de organización del tiempo, la distribución de lo que pretendo hacer y de lo que me gustaría hacer, de elaborar las actividades, los esquemas y los mapas, es mucho más tiempo que el que estoy con mi niña. 

A nivel personal, considero que en la docencia el dinero no es importante, pero sí el tiempo de dedicación a la preparación de las clases, algo que tanto desde el punto de vista del alumno como del profesor se nota si se ha trabajado previamente o no. 

Considero que es una profesión poco valorada fuera del mundo de la docencia y creo que en cierto modo se ve influida por la experiencia de la gente y de lo que pretendían al ir a la escuela. Ayer en casa de mi abuela, mi padre y mis tíos estaban hablando de la escuela, de los castigos de los profesores, de la violencia que imperaba entonces y que se consideraba como algo normal. No sé hasta qué punto esa concepción de la docencia sigue presente, no en la vida real, claro, pero sí en el recuerdo de los niños que vivieron y sufrieron esos castigos y cómo esa experiencia ha influido sobre la manera en la que se concibe al profesor, como alguien individualista, egoísta, violento y distante de los alumnos, no solo por parte de los adultos sino también por parte de los estudiantes actuales influenciados por el pensamiento de los padres.

La educación ha cambiado mucho desde entonces, pero quizá los recuerdos del miedo al profesor, de que el profesor tuviera la potestad sobre el niño, de poder decidir sobre él sin tenerle en cuenta en el proceso de aprendizaje hacen que la figura del profesor haya degenerado desde entonces. 

Llegados a este punto, tanto los comentarios iniciales como el mío, son un claro ejemplo de inferencias deductivas. Lo que más me gusta de este tipo de inferencias es que son subjetivas y, por tanto, criticables, mutables y reflexivas. Puedes estar de acuerdo con ellas o no, pero eso no las convierte en verdades absolutas e irrefutables. 


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