11 de marzo de 2015

Cambios de perspectiva: estudiante y profesora



Me gustan especialmente los miércoles, no porque solamente tengo una clase y a las 11:30 ya puedo, mejor dicho podemos, realizar trabajos pendientes y pararme a pensar sobre lo que me rodea, sino porque comienzo a tener cierta perspectiva con la docencia a un nivel al que no estoy acostumbrada. 

Tanto en la ESO como en Bachillerato, las "clases" que daba era a gente generalmente más pequeña que yo, un par de años. algo que en ese momento no me daba cuenta de que estaba dando clases ni me preocupaba siquiera. 

No sé el motivo pero no me termina de convencer que me llamen profesora, aunque en ciertos contextos ese sea mi rol. Recuerdo que hace un año, cuando fui al colegio donde el año pasado hice las prácticas, llegué en el recreo, aposta lógicamente porque tenía ganas de ver a los niños sin necesidad de interrumpir las clases, un niño de 4º al verme en el pasillo se fue corriendo a su clase gritando "¡¡QUÉ HA VENIDO LA PROFE SILVIA!!". Cuando me quise dar cuenta estaba pegada a la pared rodeada literalmente de toda la clase de 4º.

Curiosamente eso no me pasó con mis niños de 6º, que era realmente con quien había estado más tiempo y con los que más confianza teórica tendría que haber tenido. Aunque los roles que tenía en ambas clases eran distintos y por consiguiente cada uno me aportó diferentes aprendizajes y sentimientos.

Este post inicialmente estaba enfocado a tranquilizarme, puesto que en la clase de hoy me ha parecido mal la situación que hemos vivimos en clase. En Didáctica de las Matemáticas, realizando un ejercicio que no entendíamos ninguno, el profesor nos ha orientado sobre lo que teníamos que hacer para resolver el problema, de hecho el problema esta resuelto salvo por el paso intermedio, es decir, sabemos el proceso hasta cierto punto y sabemos el resultado pero no cómo llegar a esa solución. 

Me sentó muy mal porque no considero que sea una buena manera de enseñar que el alumno sepa el resultado antes de realizar el proceso. Quiero decir, no me aporta nada saber el resultado del problema si no soy capaz de entender el procedimiento. 

Pero conforme iba escribiendo al inicio de este post, me he dado cuenta de que estaba comparando mi manera de dar clase con la del profesor.  Es decir, me estaba enfadando porque me habían dicho la solución sin siquiera dejarme tiempo de descubrirlo por mí misma o con la ayuda de mis compañeros, que al fin y al cabo es lo que ha resultado ser porque no nos ha dicho el paso que faltaba. Seguramente me he enfadado por no verme capaz de sacar ese paso que tan fácil dice el profesor que es. 

Creo que fue cuando repetí 2º de Bachillerato, repasando de manera autónoma Química para presentarme a Selectividad, cuando realizaba los ejercicios sin apenas cuestionarme lo que estaba haciendo. Después de los problemas venían las soluciones por lo que hacía cualquier ecuación que me diera esa solución. me daba igual que tuviera sentido o no. 

El hecho de que te den el resultado considero que es contraproducente para el aprendizaje, porque se considera una respuesta como correcta. En ramas científicas "está claro" que un resultado siempre es el mismo, independientemente del camino por el que vayas. Puede parecernos relativamente fácil aprendernos una ecuación de memoria pero si no lo entiendes es mucho más complicado recordarlo. Quiero decir, lo más importante, tanto como estudiante como profesora, es que se entienda el proceso y no que el resultado esté bien o no.

Concebir una respuesta como correcta implica que otras son incorrectas. Según lo que priorices, el proceso o el resultado, puedes considerar las diferentes connotaciones, o no, que hay entre una respuesta correcta y una respuesta incorrecta.

Como profesora no me gusta dar soluciones porque parece que si no llegas a esa conclusión tienes mal el ejercicio. Pero eso no es así, si no has llegado a una respuesta correcta quiere decir que has cometido un fallo en el proceso, no que el proceso esté mal.

Puede que no sepas el proceso completo pero algo sí que sabes, puede que no llegues de manera autónoma  a la solución correcta la primera vez, pero eso no quiere decir que no sepas realizar el proceso parcialmente. Si piensas que ni siquiera puedes plantear el problema, es porque consideras que no estás utilizando un buen proceso para llegar a una respuesta correcta. Si tan siquiera lo intentas, no puede saber si vas a realizarlo correctamente o no.


Acorde con el título, en Didáctica de las Matemáticas hemos realizado un vídeo, os dejo el enlace por si os apetece verlo.



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