3 de septiembre de 2015

¿Qué se evalúa en un examen?



A finales de julio, cuando estaba de vacaciones con mis padres, me dijo mi madre que una vecina quería hablar conmigo para que le diera clases a su hijo. Principalmente era para que le explicara las ecuaciones y las analizar sintácticamente oraciones simples. A sabiendas que no iba disfrutar lo que me quedaba de descanso y desconexión de la carrera, estuve todo el mes de agosto con él.


Además de conocerle desde que era pequeño, cuando realicé las primeras prácticas del colegio, él era uno de los niños que estaban esa clase. Medianamente sabía cómo era y cómo podía ayudarle. 

Pero es cierto que al principio no quería darle clases porque no me veía preparada para dar clases particulares a chicos de la ESO. Requería, y requirió, que estuviera mucho más activa antes, durante y después de las clases ya fuera preparándomelas, viendo el aprendizaje de Alejandro como un proceso vivo y pensando en lo que había pasado durante la clase, intentando ponerme en su piel para saber qué es lo que entendía y cómo lo hacía y aquello que no llegaba a entender y el motivo por el cual no llegaba a entender mis explicaciones.

Aunque le conocía de antes, apenas había tenido relación con él, más que de mirar si tenía hechos los ejercicios. De esta manera, la relación que teníamos antes de empezar las clases era muy escasa. Pensé que era algo que necesitaba trabajar los primeros días para que tanto él como yo pudiésemos trabajar bien e implicarle en su propio aprendizaje, que fuese consciente de él y que no se limitara a hacer lo que yo le dijera, que me debatiera cuando no entendiera algo y que fuese el capaz de explicarme a mí si lo que estaba diciéndole era verdad o no. 

Para ello, fue muy valioso conocer ambos contextos en los que había estado últimamente, es decir, en el colegio y en el instituto. Aunque el instituto es el mismo que en el que yo estuve, la experiencia que tenemos es diferente. El primer día estuvimos hablando de los profesores que tenía, algunos fueron míos también, cómo le habían evaluado y cómo le iban a evaluar en el examen que se tenía que presentar. 

El instituto lleva unos cursos evaluando muy mal, por medio de contenidos mínimos. Es muy discutible la manera que tienen de evaluar, por medio de contenidos mínimos, hablando desde la experiencia que tengo con Alejandro de estas semanas. En cada asignatura se priorizan diferentes maneras de aprender. 

Por ejemplo, en inglés el examen principal que tenía que realizar, y que realizó, era una lista de 36 verbos que tenía que poner en infinitivo y en pasado, además tenía que diferenciar entre tiempos verbales y escribir un texto. Le fui preparando el examen de verbos semanas antes del examen final. En total realizó 3 exámenes  iguales a los que realizaría en el examen de verdad. En los 3 cometió los mismos errores que no sé hasta qué punto dependía de la memoria que tuviese. Varios pares de verbos significaban lo mismo y otros siquiera los había usado en frases, sino que se había limitado a estudiárselos de memoria durante el curso, pero (y esto es lo peor) como fallara en un solo verbo suspendía el examen e iría a septiembre con él.

En matemáticas fue mucho peor porque lo que no llegaba a entender eran las ecuaciones, pero me di cuenta que no las entendía porque no llegaba a entender las reglas de cambio de signo, algo que se da en el primer trimestre. Cual fue mi sorpresa cuando hablando con la madre y con él una vez terminó la clase, le comenté el motivo pro el que fallaba y me dijo que la primera evaluación la había recuperado en enero. Mi pregunta es ¿Cómo legó a aprobar? 

En tecnología aprendí yo más de él que él de mí, algo que me gustó porque me sirvió para hacerle dudar y que él pudiera estructurar lo que sabía para ser capaz de explicármelo. 

En cuanto a sintaxis, me di cuenta que solo necesitaba una guía para seguir. Lo que más me llamó la atención es la consecuencia inmediata que tiene la evaluación por medio de mínimos, y es la de "esto no me lo aprendo que no es un mínimo". Es decir, la consecuencia es que se autolimitan, "no voy a aprender más que lo que me piden, aunque sea capaz de aprender más de lo que sé".

Para mí, es una lástima esta manera de evaluar y el primer error es no saber de dónde parten los alumnos, considerar que por el hecho de tener la misma edad y estar en el mismo curso todos tienen el mismo nivel. 

Un problema que los estudiantes tienen, al menos que yo he tenido, y tengo, siendo estudiante, es considerar que es examen es el final del proceso, es decir, no incluir el propio examen como parte del proceso de enseñanza-aprendizaje sino como el final.

Para mí, el examen es una parte del proceso que no se encuentra al final sino que evalúa lo que se sabe y lo que no, lo que hay que repasar, lo que se entiende y lo que no se entiende, lo que se necesita ayuda y lo que no. Es decir, es una herramienta que sirve para conocer y saber cómo se encuentra en cuanto a contenidos en un momento concreto del proceso y del cual se puede aprender y mejorar. 

Por eso mismo, después de unas 20 horas repasando las asignaturas, le dije que el último día le evaluaría, como le iban a evaluar en el instituto, de las 4 asignaturas. Quería saber cómo hacía frente al examen y que él se pudiera organizar y estructurar el tiempo que iba a tener para realizar los exámenes, sobre todo teniendo en cuenta que tardaba relativamente poco en realizar los exámenes de inglés que le había propuesto. Me daba la impresión que quería terminar en cuanto antes y no se preocupaba de repasarlo, no era algo que priorizaba, ni siquiera lo tenía en cuenta.

Mis indicaciones fueron siempre las mismas: leer el examen entero, preguntarme dudas y realizar primero las preguntas que sabía seguro. En todos los exámenes estaba presente  y, aunque generalmente no me preguntaba, permanecía en silencio a su lado para cualquier cosa que necesitara.

Desde mi punto de vista, es mucho más interesante y productivo para él y para mi que sea él mismo quien se corrija el examen y no fuese yo. De modo que cuando terminaba los exámenes tanto en matemáticas como en sintaxis, llevaba yo resueltos los problemas y en inglés y tecnología utiliza o bien el libro de texto o bien su cuaderno.

Desde hace mucho tiempo, tengo claro que no voy a hacer exámenes en los que esté yo presente porque no sé callarme en los exámenes. Recuerdo que en las prácticas de este año, la profesora acostumbraba a dejarme sola en los exámenes, de modo que entraba y salía varias veces. Cuando veía muchos fallos en algún examen, no los guardaba con los demás cuando estaba la profesora presente y cuando se iba le decía al niño que fuera "Corrige esto antes de que venga Teresa". 

Y con Alejandro no fue diferente, al menos en el de matemáticas.Al principio empezaba dándole pistas y le decía "Ya no te digo más, no me preguntes"  y a los 20 segundos le estaba diciendo cómo se hacía.


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