13 de febrero de 2015

"Hay ausencias que representan un verdadero triunfo" Julio Cortázar

Desde hace unos meses vengo pensando en la manera en la quiero terminar la carrera, qué hacer después de terminar el grado, qué hay más allá, si es que hay algo, es decir, plantearme una serie de cuestiones que no son tan lejanas, teniendo en cuenta que estos casi 3 años de carrera se me han pasado volando.

Este blog nació precisamente de una asignatura de la carrera, por lo que si termino el grado, en cierto modo también termina el blog, o al menos para mí este blog implica y simplifica todo el grado: lo que me ha gustado, lo que no me ha gustado, las sensaciones nuevas que he sentido, intentar dar explicación a procesos que en su momento no me había plantead, ser consciente de mi propio proceso de aprendizaje, vincular conceptos, dar sentido a aquello que parece incognoscible…

En estos años, mi manera de escribir, la manera en la que hacía mío este espacio que inicialmente era un diario reflexivo de una asignatura pero paulatinamente fui apropiándome de él y, sobre todo, yo misma han cambiado paralelamente, aunque bien es cierto que no siempre fui consciente de ello.

Precisamente este detalle, es el que me hizo replantearme el querer continuar o no este formato que en ocasiones puede resultar un diario reflexivo y otras una simple retahíla de argumentos de los que solo pretendo librarme y del que muchas veces me arrepiento de decir, me pasaba más al principio que ahora.

Si tuviera que decidirme por cuál ha sido el ámbito que más he desarrollado gracias a este espacio, no podría quedarme con uno solo.

A nivel profesional, ha sido, es y será, aunque el nuevo blog no tenga el mismo nombre, un espacio en el que compartir experiencias, explorar, investigar, indagar, profundizar, matizar y, ante todo, aprender.

A nivel personal, ha sido un proceso de cambio, de conocer mis límites (romper con ellos), de ser lo que yo quiera ser y no lo que pretendan que sea, de tener la libertad de elegir mi propio camino, de equivocarme, de tropezar, de caerme pero siempre de seguir adelante, de tener seguridad en mí, sin depender de que nadie confíe en mí, de tomar mis propias decisiones, de corregirme, de no exigirme demasiado, de preocuparme o despreocuparme en ciertas situaciones, de darle la importancia que tiene cada situación, de ser más paciente, de soportar no tener un camino claro, de pararme a pensar, de no ir tan rápido, de no coger el camino más corto, de valorar lo verdaderamente importante de cada momento…

Esta decisión, deliberada y difícil, es fruto de toda esa implicación y todo el proceso de cambio de estos meses y de los que quedan. En más de una ocasión me he arrepentido de haber escrito sobre ciertos temas, pero cuando me he dispuesto a eliminar el post no he podido, bien porque seguía estando de acuerdo con lo que explicitaba en el post, aunque mis maneras de explicarme no fueran las mismas o bien porque el hecho de no eliminarlo me hacía pensar para la próxima vez que tendría que pararme a pensar dos veces antes de escribir.

Estos últimos meses, sobre todo gracias a la mención y a la investigación, van a servir de puente para conectar la experiencia del grado y de los cursos de verano con la experiencia del máster, del doctorado y de lo que surja.

El miércoles pasado, cuando comencé con Alejandro a planificar la investigación y a comprender los análisis de datos para poder trabajar con ellos, él y Gloria me propusieron hacer un metálogo acerca de la asignatura de Psicología del Desarrollo, de lo que había significado para  mí cursar esa asignatura y qué es lo que me había aportado tras 3 años. Todo lo que respondí se concentra en este blog, es decir, Oasis entre las dunas es un ejemplo de desarrollo, de cómo ha ido cambiando conforme yo le daba otro enfoque, de cómo cualquier cambio en mí se proyectaba en el blog, aunque yo me resistiera a ello.

Una pregunta que me hizo Gloria y que me llamó mucho la atención fue mi capacidad de conectar o vincular experiencias, conocimientos y ámbitos que aparentemente no tienen relación. No sé cuándo, cómo ni por qué comencé a  desarrollar este tipo de conexiones, posiblemente fuera cuando en Filosofía la profesora nos obligara a relacionar los pensamientos de los autores para notar las diferencias y semejanzas entre sus pensamientos, pero el caso es que no suelo darle demasiadas vueltas a la hora de realizar estas conexiones, porque es forzarlo.


Está claro que las vinculaciones no se hacen solas pero tampoco considero que todo esté vinculado con todo, ni todo lo contrario, simplemente el poder ver un suceso o una situación desde distintos puntos de vista te hace tomar una perspectiva más amplia y poder relacionarlo con aspectos que antes no eras capaz de vislumbrar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario