1 de abril de 2014

"Mamá dice que no debo hablar con extraños"


Cuando éramos pequeños nuestra madre siempre nos ha dicho este tipo de juicios que no nos cuestionábamos y dábamos por sentado que eran verdad, pero que normalmente no hacíamos caso, al menos yo no porque no sabía quiénes eran extraños y quiénes no.

Precisamente de esto hablamos  ayer  en relación al tercer nivel de los modelos de construcción de los “mapas” que cada uno de nosotros tenemos a través de los cuales damos sentido a nuestro mundo. 

Después de estas dos semanas de intriga, obtuvimos el preciado 3º nivel de exploración que consiste en buscar la explicación o el motivo por el que pensamos de cierta manera. Es decir, la manera en la que elaboramos los resultados tanto si estamos seguro de que sea así como sino. Siguiendo el ejemplo, sería dar respuesta a por qué no hablas con extraños. 

Seamos consciente de ello o no, siempre estamos elaborando juicios pero no estamos seguros en el mismo grado, es decir, podemos tener evidencias de que un juicio puede ser más o menos cierto en función de la información previa que tenemos para construir el juicio.

Continúo en base al ejemplo, partiendo de la premisa de que no debo hablar con extraños (juicio) el motivo  por el cual se genera el juicio es para proteger a los hijos (equivalencia compleja) y el hecho de que sea la madre la que origina el juicio hace que el juicio sea deductivo, es decir, estas infiriendo deductivamente.

En el momento en el que conectas dos hechos se está produciendo un fenómeno que se conoce como inferencia ya que estás sacando una información que compete a las dos anteriores. Por ejemplo, si el cielo está gris significa que va a llover. En este caso, estamos conectando el color del cielo con el fenómeno meteorológico que no siempre se cumple. Este tipo de inferencia recibe el nombre de inferencia deductiva.

Hay otras formas de inferir como pueden ser inducir o abducir. El primero es más fácil y sencillo ya que es el caso opuesto a la deducción, es decir, generalizar a partir de casos particulares. Por ejemplo, siempre he considerado que he sido mala aparcando el coche porque una vez tuve problemas para aparcar y siempre he pensado que no era buena aparcando pero eso no quiere decir que sea suficiente como para generalizar diciendo que siempre ocurre, de hecho últimamente aparco en sitios que parece que no entra el coche y cuando salgo  pienso  “¿Cómo he podido meterlo sin dar a ningún coche?”.  El segundo consiste en elaborar una mejor explicación de un hecho, creando hipótesis comparando con otra situación. Por ejemplo, los martes viene un compañero que los demás días entre semana no puede venir y es cuando tenemos las clases prácticas. Resulta que un día tuvimos que mezclar aceite con agua en objeto  que tenía un orificio en la parte inferior por la que salía el agua y como estaba recién limpia la llave estaba abierta. El compañero no se dio cuenta de que estaba abierta la llave y echó el aceite en el recipiente, por lo que el aceite se derramó. Había objetos en la mesa para poder volcar el aceite pero lo que encontré más rápido y efectivo era poner el dedo debajo. Fue muy gracioso y pringoso pero no deja de ser un razonamiento abductivo. 

Como he mencionado antes, no siempre estamos seguros de que los juicios sean verdaderos, independientemente de que los hagamos. Hay veces que sabemos que son así porque tenemos base sensorial sobre ello y por tanto tenemos certeza de que son verdad. Por ejemplo, sé que estoy escribiendo ahora porque tengo la experiencia sensorial de estar redactando mentalmente lo que mis manos están transcribiendo en forma de letras formando las palabras que me encuentro escribiendo ahora.

Otras veces tenemos creencias sobre lo que nos rodea y dudamos de que pueda ser verdad porque no tenemos la base sensorial necesaria para estar seguros de ello. Por ejemplo, hace 15 minutos mi perra estuvo dando a la puerta  pero no sé si es porque se avecina una tormenta, porque tiene frió o porque quiere jugar. 

Pero hay otros juicios extraños y son esas de las que estamos seguros que son verdad pero no tenemos una base sensorial que las confirmen. Por ejemplo, estoy convencida de que mañana el coche va a arrancar a la primera, me ha pasado más veces que no arrancó a la primera y tuve que tirarle por la cuesta para arrancarle, pero estoy segura de que mañana va a arrancar sin problemas pese a no tener base sensorial de ello. Considero que son extraños porque se supone que estás seguro de algo cuando puedes demostrar que es así, pero en este caso no es así, simplemente estás convencido de ello.

Acorde con esto, desde que estoy en la universidad tiendo a acortar palabras incluso utilizar siglas para que me sea más fácil tanto redactar los apuntes como estudiar en base a ellos. No creo que sea un problema pero es que lo hago tan a menudo que luego no me acuerdo de lo que significan. Si a eso le añadimos mi desorden a la hora de elaborar apuntes, cuando me pongo a estudiar tengo que pensar porque lo relacioné o cómo intenté elaborar las siglas para saber lo que quería decir. 

Por cierto, el tercer nivel es conexión. 


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