13 de octubre de 2014

"Pues como todos"





Echaba de menos escribir por placer y es que si el año pasado tenía poco tiempo libre, sobre todo en el segundo cuatrimestre, este año tengo menos aún. No es algo que me importe en exceso porque dedico el tiempo que tengo de dedicar a las asignaturas de manera más o menos equitativa, pero apenas tengo tiempo de escribir en el blog.

Suelo dedicar entre una hora o dos en redactar un post, es algo que en un principio no me cuestionaba, de hecho escribía sobre lo que quería escribir, pero no me paraba a reflexionar sobre lo que estaba escribiendo, algo que me es imposible hacer ahora.

Tengo unos cuantos post pendientes, entre ellos el del proyecto de investigación, pero precisamente porque tardo tiempo en preparármelos y reflexionar sobre ellos, el hecho de tener tan poco tiempo hace que no escriba, pero eso no quiere decir que no tenga ganas de hacerlo.

La clase del lunes de la semana pasada, en concreto la de Literatura, estuvo muy entretenida, no solo por la obra que teníamos que analizar, “La Celestina”, sino también por el comentario que hizo el profesor acerca de la obra. En un momento determinado del debate, se dijo que en la obra uno de los personajes iba a lo que iba (aspecto sexual) a lo que el profesor dijo “Pues como todos”. Menos mal que luego puntualizó diciendo “los de la obra”.

Fue gracioso porque de primeras ninguno nos esperábamos esa contestación viniendo del profesor y de segundas porque todos lo vinculamos con otro contexto más amplio que el propio de la obra.

No sé muy bien el motivo, pero esto me recordó a un ejercicio de vinculación de PDD donde el profesor nos dio una bolsa de la cuál teníamos que coger un bolígrafo, que nosotros mismos elegimos, luego nos lo quitó y finalmente pudimos quedarnos con uno. 

Es cierto que me costó más entender o completar el sentido de permanencia, es decir, cuando nos quitó el bolígrafo para mí no fue importante perder el bolígrafo porque apenas llevábamos 10 minutos, si llega, con él. En cambio, uno de Los Creativos hizo un comentario un tanto violento del tipo “como me lo quite, se lo clavo”. No deja de ser una broma pero me dio que pensar porque para mí era un simple bolígrafo, no tenía mayor sentido, quiero decir, antes no tenía ese bolígrafo y era feliz, mi vida seguía teniendo sentido sin el bolígrafo. Es cierto que al cabo de los meses, cuando casi lo pierdo sí que lo reconocía como mío, es decir, ya era posesión mía, pero recuerdo que las primeras semanas era “el boli de psicología”.

Hace un rato he leído un artículo que decía que un profesor no puede ser amigo de un alumno, es más que es ético que jueguen un partido de fútbol, por ejemplo. No entiendo el motivo por el simple hecho de que casi toda la gente a la que he dado clase y estoy dando son amigos, pero eso no afecta, o al menos yo no creo que afecte, a la relación entre profesores y alumnos. Los roles entre amigos y entre profesor-alumno son distintos pero eso no implica que dos amigos no puedan aprender uno del otro o que profesor y alumno no puedan ser amigos.

De hecho, considero que uno de los contextos donde más se aprende es con los amigos por medio del juego. Uno de los recursos que más utilizo para explicar matemáticas es por medio de los juegos. Personalmente creo que es un problema de mentalidad pensar que un alumno y un profesor no pueden ser amigos, ¿uno es superior a otro y por eso no pueden serlo? Otra cosa es el nivel de amistad que se establezca pero está claro que no son desconocidos en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Si uno de los dos se sintiera superior, el otro estaría en un escalón menos, por lo tanto no se podrían considerar de la misma “clase”. Es como pensar que un alumno no puede enseñar a un profesor ¿Quién dice que no? Está claro que hay un proceso de enseñanza aprendizaje y tanto uno como otro están desarrollándose tanto personal como profesionalmente. 

¿Acaso el hecho de que sean amigos influye negativamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje? Quizá sea porque no veo viable una clase en la que los profesores se limiten a explicar y los niños a repetir como loros, pero sí que creo que tiene que existir cierta relación entre los profesores y los alumnos para que favorecer el proceso. 
 


Lo que hago, o al menos lo que intento cuando doy clases de matemáticas es que me lo expliquen ellos lo que entienden y lo que saben acerca de los problemas y a partir de ahí, no explicárselo directamente sino tratar de que sean ellos mismos quiénes lleguen a las conclusiones. Me parece mucho más productivo que explicarles directamente el ejercicio. Si no entienden algo es porque hay algo que falla en su razonamiento y saber cómo razonan es esencial para saber dónde fallan. Si se lo explico directamente puedo asegurar que lo van a entender, o no, pero seguramente mi razonamiento diste mucho del suyo, de modo que es preferible, o al menos prefiero, que sean ellos quienes me lo expliquen a mí cómo lo harían. 




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