Para hablar de la ILE es preciso
tener una serie de conceptos claros como el krausismo y las cuestiones
universitarias.
El krausismo es una doctrina originada
en Alemania que defiende la tolerancia académica y la libertad de cátedra
frente al dogma que imperaba en la sociedad y trata de unificar teísmo y panteísmo, dando lugar al
panenteísmo, es decir, Dios contiene en sí el mundo y transciende de él. Sanz
de los Ríos se traslada a Alemania para formarse intelectualmente, recibiendo
una influencia clara del krausismo.
Esta influencia se observa en su
libro “Ideal de la Humanidad para la vida” en la que estipulaba una sociedad
con una serie de premisas que iban en contra de las ideas de la Iglesia por lo
que fue prohibido en el país.
El krausismo tuvo una gran
recibimiento en el ámbito universitario pero encontró controversia en los
ambientes tradicionales, por lo que pronto se produjeron polémicas, dando
origen así a las cuestiones universitarias produciendo la separación de sus
cátedras de varios profesores.
En el periodo en el tuvo lugar la
inclusión de krausismo en España, estaba como Ministro de Fomento el Marqués de
Orovio, cuyos ideales ultramundanos hicieron que defendiera hasta el extremo el
dogma católico. Para erradicar el krausismo de las instrucciones públicas, en 1864 se produjo la primera cuestión
universitaria en la que se llevaron a cabo exhaustivos trabajos de supervisión
de libros tanto de institutos como de universidad por parte de la Iglesia, para
asegurarse de que los contenidos no iban en contra del dogma cristiano. Además,
también se suprimieron las cátedras de los profesores krausistas de la
Universidad Central de Madrid lo que dio lugar a la “Noche de San Daniel”, con
las consiguientes manifestaciones sobre la medida adoptada por el ministro y se
produjeron numerosas muertes entre los propios estudiantes. En el Consejo de
Ministros del día siguiente, el propio Alcalá Galiano murió.
Entre los profesores que se
quedaron sin cátedra se encontraba Giner de los Ríos (imagen) que se fue a Cádiz donde
formó la ILE en 1876 al margen del Estado para propagar la ciencia en distintos
grados. Tenía 21 artículos entre los que destacan:
- El profesor es libre de enseñar y es dueño de sus doctrinas.
- Programas de actividades dedicados a la propagación de la ciencia, elaboración de concursos y premios que ayudasen a promover la cultura general y sus propios fines.
- Nombramiento de profesores según vocación, severidad, probidad de conducta y dotes investigadores y expositores.
Las instituciones que mencionaba en el post anterior a este
fueron creadas por la ILE en su tercera época mientras que en la primera se
produjo la fundación y la reposición de cátedras y en la segunda se crearon los
institutos y organismos como el Museo de Instrucción Primaria (1882) que son
los precedentes de los Centros de Apoyo al Profesorado (CEPA).
Aunque la ILE en sus comienzos fue una academia de
enseñanza secundaria y superior, pero tras las deficiencias económicas que
sufren en 1881 provoca que se dediquen a la enseñanza primaria y
secundaria. Los alumnos debían
examinarse ante los tribunales de los centros de los que dependían: del
Instituto San Isidro en el caso de secundaria y de la Universidad Central en el caso de la
enseñanza superior.
Los contenidos que defendían era de continua gradualidad,
es decir, el saber era unitario, universal e integrado. El método que
utilizaban era la intuición mediante un proceso mayéutico donde maestro y discípulo
cooperasen yendo más lejos de la propia concepción de enseñanza-aprendizaje.
Lo más importante para los miembros de la ILE, como para
mí, reside en que la religión católica impidiera la libertad de cátedra y la
libertad investigadora. Personalmente considero que un maestro sin estos dos
pilares no es un maestro, al igual que no existe una casa sin suelo. La ILE
estaba constituida por hombres cultos y preparados y en su mayoría eran
creyentes practicantes, pero eso no impedía que considerasen que el krausismo
fuera necesario para ellos y para sus alumnos.
Considero que la libertad de cátedra está implícita en ser
maestro, es decir, cada uno explica a su manera, independientemente de que lo
haga mejor o peor, pero eso no cambia el hecho de que un profesor de escuela
primaria y un profesor de universidad se diferencien en eso. Hay profesores
buenos y malos en todos los niveles educativos y no hace falta que tengan
libertad de cátedra para que impartan sus clases de una forma o de otra.
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