Siempre
he considerado fundamental para mí que lo que aprenda signifique algo
para mi futuro o que me aporte conocimientos lo suficientemente relevantes e
importantes. Pero hay ocasiones en la que el interés y motivación que tenga no
son suficientes.
Tanto
la revisión de ese día como una actividad que desarrollamos a lo largo del día,
me pusieron a prueba. Reconozco que me tengo que poner muy en serio con el
inglés, pero no tanto como yo pensaba o en ámbitos concretos. Con ponerme a
prueba me refiero a que eran parcial o completamente en inglés.
Me
llama la atención el hecho de que entienda a la gente hablar en inglés pero yo,
a la hora de hablar, no sepa. Quizá sea por falta de práctica porque salvo en
el instituto, no hable con nadie ni en otro contexto. Sin embargo, he visto
muchas películas en inglés. Cuando estaba en el grupo donde sólo se hablaba
inglés me sentía mal conmigo misma, por el hecho de entender lo que decían pero
no saber explicarme en inglés. Aun así, fue una buena experiencia porque me
pensaba que iba a estar más perdida en el idioma.
A
diferencia de esta experiencia, se encuentra un ejercicio que nos planteó
John en el que, primero de forma individual y luego grupal, tuvimos que
identificar los tipos de aprendizajes y agrupaciones o formas de agrupar que
cada uno de nosotros habíamos hecho para llegar a nuestras conclusiones. El
ejercicio fue contar cuántos cuadrados había y el segundo cuánto rectángulos,
en la siguiente imagen:
Lo
importante no era dar en el clavo con la cantidad justa sino ser consciente del
proceso y de las estrategias que cada uno tenía para desarrollar esa actividad.
También teníamos un tiempo limitado, estipulado por John tanto para empezar a
contar como para terminar. Por ejemplo, en mi caso, y no es que solo sea en
este cursillo, es que no suelo coger demasiados apuntes. Mientras escribo
pienso que pierdo información que puede ser relevante, de modo que voy relacionándolo
mentalmente. Puede que el hecho de no apuntar sea un condicionante precisamente
de lo que quiero evitar, perder información, pero si lo voy comprendiendo poco
a poco es mejor, al menos para mí, que ir apuntando.
En
PDD se nota más que en PDE, por ejemplo. Mientras que en PDD apenas gasté 3
hojas en todo el cuatrimestre, en PDE gasté más del doble. Paradójicamente, lo
que había dado de Psicología pertenecía a PDE y no a PDD. Sería más lógico
pensar que escribo algo de lo que no sé a algo que sí que sé.
A
continuación, partiendo de experiencias nuevas para crear aprendizajes nuevos.
Recogiendo objetos teníamos que hacer una pequeña construcción para que el
compañero lo copiara y realizar una serie de comportamientos para explorar el
aprendizaje y descubrir lo que estaba en función de varios parámetros como la
estructura y la secuencia del comportamiento. En resumen, inventarse algo
significativo para ti.
Mi
experiencia fue la de cómo conseguí entrar y salir de un patio con mi coche. No
voy a entrar en detalles, pero el resultado fue sacar el coche pero con
feedback que me enseñaron a no volver a meter el coche en ese patio. El
retrovisor casi colgando, la luna delantera un tanto rajada y un golpe atrás
son los feedback, aunque tengo que reconocer que pensaba que iban a ser más
numerosos.
Por
último, y después de que John nos explicara la diferencia entre la educación
formal y la natural, realizamos una línea temporal por parejas que nos ayudara
a comprender los pasos de cómo aprendemos (estructura). Aprendemos gracias a
varias experiencias sensoriales a la vez.
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